¿Es J.K. Rowling transfóbica?

Un mensaje en Twitter de J.K. Rowling divide a sus fans.
Pero, finalmente, parece ganar la industria cultural.

+ info: Vanity Fair , firmado por  (Libre traducción)

En diciembre de 2019, en respuesta a un problema de discriminación en el ámbito laboral en Gran Bretaña, J.K. Rowling escribió en Twitter un mensaje dando apoyo a la visión anti-trans. La acusación de transfobia, por parte de sus fans, fue inmediata.

No era la primera vez. A principios de 2018, un «me gusta» en un mensaje que insultaba a las mujeres trans ya puso sobre la mesa el problema. Un simple «me gusta» provocó una fuerte oleada de críticas por parte de la comunidad de fans de Harry Potter en Estados Unidos. J.K. Rowling se excusó diciendo que había sido un accidente y, a sus representantes, no se les ocurrió mejor idea que decir que era una cuestión relacionada con el periodo vital de la autora, «ese momento de la mediana edad».

En el artículo «¿Es J.K. Rowling transfóbica? Una mujer trans lo investiga», de Katelyn Burns, se acaba diciendo que, efectivamente, lo es, pero «de la misma forma que muchas personas cisgénero pueden serlo». Se da a entender que, por  ser precisamente la creadora de un ídolo para el colectivo LGTBI+, tanto entre el público infantil como entre el adulto, resulta difícil aceptar que se le pueda llamar transfóbica.

Pero la reacción ahora, a este último mensaje en Twitter, ha sido mucho más fuerte.

 “JK Rowling is a TERF” (trans-exclusionary radical feminist)» fue tendencia en redes durante horas. Se discutió sobe si Harry Potter es realmente un libro apropiado para la infancia y se llegó a dudar del alcance de las futuras ventas entre la población estadounidense progresista.

Pero Harry Potter es una referencia para muchas personas, lo que significa que se utiliza como metáfora para entender casi todo, incluida la política. Ashley Hinck, autora del libro Politics for the Love of Fandom, apunta que efectivamente la base política es el punto de unión de sus seguidorxs.  Para ilustrarlo, Ashley Hinck señala el apoyo público de Rowling al Partido Laborista y el hecho de que tardara mucho en revelar que Dumbledore es gay -no lo hizo hasta 2017-. Pero, al mismo tiempo, Hinck es consciente de que la influencia política entre la comunidad fans viene de muchos más lugares y apela a que todo puede formar parte de la «cultura de la justicia social» que rodea a plataformas como Tumblr.

La cultura Do it Yourself (DIT) ha caracterizado el fenómeno fan Harry Potter, algo que ha sido clave para el éxito de Rowling. Aunque también es cierto que tanto la autora como Warner Brothers, que distribuye las películas, han tenido que intervenir en algunas ocasiones para parar la venta de libros y merchandising no autorizado. Y, aunque eso no ha evitado la aparición de voces críticas -como la de la artista Maia Kobabe, que se define como no-binaria-, lo cierto es que la industria cultural ha acabado ganando.

También hay que tener en cuenta que Rowling vive en un mundo alejado de sus jóvenes admiradores estadounidenses: ella es una mujer extremadamente rica de 54 años que reside en el Reino Unido, donde el feminismo convencional acepta menos a las personas trans que en los Estados Unidos. Además, los tuits de Rowling sobre las elecciones generales de 2019 sugieren que ella es una ávida lectora de la prensa de centro izquierda, donde los argumentos anti-trans son algo habitual. Sus puntos de vista pueden ser una decepción para las generaciones de estadounidenses (y de otros lugares del mundo, añadimos aquí) que consideran sus libros como una fuente de educación moral. 

Habrá que esperar a ver qué efectos tiene esto (o no) en la trayectoria de Rowling.