Las personas trans en pantalla o cómo huir de la «moral cisgénero»

Esta crítica televisiva de Willow Catelyn Maclay sobre Disclosure: Trans Lives on Screen, documental recién estrenado en Netflix, nos resulta muy sugerente para pensar sobre cómo se han de abordar las vidas y experiencias de las personas transgénero en los medios de comunicación.

Para empezar, Willow nos aclara que el documental está especialmente interesado en explicar la negativa imagen que el cine ha dado de las personas transgénero. Pero la manera en que hace ese comentario y los detalles que nos aporta nos genera interés en seguir leyendo su crítica.

En primer lugar, la propuesta de Netflix no se olvida de incluir un grupo de celebrities comentando lo perjudicial que eso ha sido. Y, en segundo lugar -y todavía más importante-, Willow Catelyn Maclay apunta que, además, hablar de representatividad es un marco demasiado reducido para pensar sobre el tema.

Finalmente, completamos la lectura y aquí compartimos nuestros apuntes:

a) ¿El documento habla del sentido común o de una moral de decencia compartida? La crítica indica que este documental ya parte de un error, posicionarse como un vídeo educativo para personas cisgénero, que muy probablemente nunca se han percatado de la forma caricaturesca con la que el cine ha presentado a las personas transgénero. Eso hace que el documental acabe pareciendo más un anuncio que un documento informativo. Al querer llegar a un público general, la cuestión de la identidad de género acaba siendo como un «tópico fascinante» (demasiado edulcorado). Acaba siendo un proyecto divulgativo que habla de transgénero en modo mainstraim, como algo alocado e ingenuo.

b) Casi todas las entrevistas y clips ofrecen una visión del tema desde la perspectiva cisgénero. Aunque sí se da voz a personas transgénero (como a la escritora Jen Richards, a la actriz Laverne Cox o al activista transgénero Chaz Bono), lo que se les propone es hablar de su experiencia en relación a la experiencia cisgénero («Nearly every interview and clip functions through this worldview of cisgender dynamics»)

c) El documental, aunque critica el modo en que se ha representado a las personas transgénero, tampoco nos da pistas sobre cómo se debería hacer («there’s no room to address what transgender cinema may look like in the future»). En todo caso, se queda en unas buenas intenciones. Aunque se mencionan buenos ejemplos, como la serie Pose, el documental no cuestiona en ningún momento, por ejemplo, por qué el personaje trans no es el protagonista.

d) El documental también aborda la cuestión de si es pertinente que un actor cisgénero interprete un personaje transgénero. Willow Catelyn Maclay señala que el documental llega a plantear que eso puede generar malentendidos, pero no entra a hablar, por ejemplo, en la pérdida de oportunidades de trabajo para actores y actrices trans. En definitiva, parece que más bien el documental no ha acertado a la hora de elegir personas que puedan hablar -exponer ideas- sobre una base sólida.

e) Además, este proyecto de Netfllix también se olvida de las personas trans como audiencia: ¿qué opinión tienen del cine que habla de ellas?

Los proyectos mediáticos con presencia LGTBI+ generan críticas y comentarios en la prensa. Aunque en número no son (todavía) relevantes, sí es interesante su análisis, pues nos ayuda a detectar enfoques y miradas que pueden servir para crear esas nuevas narrativas periodística que buscamos (inclusivas y al margen de  polarizaciones).

Leer la crítica (inglés): Surveying Transgender History in Film and Television  (By Willow Catelyn Maclay)