La agresividad de la ultraderecha provoca el exilio de otra política brasileña: Benny Briolly, negra, trans y socialista

La democracia brasileña, zarandeada sin pudor durante el último lustro, vive en estas semanas su último episodio turbio con el exilio temporal de Benny Briolly (Partido Socialismo y Libertad, PSOL): mujer negra, trans y criada en una favela. En noviembre del año pasado, Briolly, de 29 años, fue la concejala más votada en Niterói, ciudad de medio millón de habitantes situada frente a Río de Janeiro, al otro lado de la Bahía de Guanabara. Dentro de su labor parlamentaria, la concejala preside la comisión de derechos humanos, infancia y adolescencia de la Cámara Municipal.

La transformación digital, en general, y las redes sociales, en particular, colaboran en la exacerbación de la agresividad política a lo largo y ancho del mundo, alcanzando tintes dramáticos en el Brasil de Bolsonaro.

Leer completo: Público (Víctor David López) 

Aprendiendo del virus

+ info: El País (Paul B. Preciado)

(imagen: detalle de retrato de Michel Foucault)

La gestión política de las epidemias pone en escena la utopía de comunidad y las fantasías inmunitarias de una sociedad, externalizando sus sueños de omnipotencia de su soberanía política.

Si Michel Foucault hubiera sobrevivido al azote del sida y hubiera resistido hasta la invención de la triterapia tendría hoy 93 años: ¿habría aceptado de buen grado haberse encerrado en su piso de la rue Vaugirard? El primer filósofo de la historia en morir de las complicaciones generadas por el virus de inmunodeficiencia adquirida, nos ha legado algunas de las nociones más eficaces para pensar la gestión política de la epidemia que, en medio del pánico y la desinformación, se vuelven tan útiles como una buena mascarilla cognitiva.