Producción de cine digital. El proceso de creación de una película de bajo presupuesto

 

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Reseña de Quiles, Arnau y Monreal, Isidre (2017) « Producción de cine digital. El proceso de creación de una película de bajo presupuesto» (Barcelona: RedBook Ediciones). Por Núria Araüna, profesora lectora de Comunicación Audiovisual de la Universitat Rovira i Virgili

Múltiples libros y manuales abordan la práctica audiovisual desde los consejos básicos para elaborar una pieza que se inscriba en un género o registro concreto. Pero pocas lo hacen con la versatilidad y la reflexión contextual que propone el libro que aquí re-señamos. “Producción de cine digital. El proceso de creación de una película de bajo presupuesto” echa mano de un título y lenguaje descriptivo para formular una obra sintética que intenta equilibrar el conocimiento técnico con el valor añadido que supo-ne echar mano del acerbo humanístico y de un informado análisis del entorno produc-tivo. En ella, se aborda el proceso de producción de un filme o audiovisual –cada vez las fronteras entre distintos registros, como bien observa este libro, son más lábiles– para ofrecer lo que, en síntesis, es una general pero útil aproximación a la creación de un producto audiovisual.

El libro, firmado por Arnau Quiles e Isidre Monreal, tiene un equilibrado balance entre los conocimientos teóricos que pretende transmitir y las instrucciones prácticas para la realización de proyectos audiovisuales y resulta, a causa de esta mirada amplia, útil para –aunque no exclusivamente– estudiantes de grados de audiovisuales y cine. En esta vocación de complementar la orientación técnica que empaqueta el libro con el conocimiento y reflexión, la obra se inicia con una sección dedicada al análisis del pa-norama audiovisual contemporáneo y los principales cambios que lo han sacudido, fundamentalmente los que tienen que ver con la denominada revolución digital. En este capítulo se hilvanan algunas de las tesis que atraviesan este trabajo y justifican su planteamiento, como el hecho que el aligeramiento de los equipos y el abaratamiento de las cámaras y micrófonos digitales han permitido cierta democratización de las producciones audiovisuales y, también, que estamos inmersos en un magma o paisaje mediático convergente que se expande a través de las señales digitales. El captulo aborda, sin ahondar, en retos importantes de la industria del audiovisual como la aper-tura de los mercados asiáticos, la competencia de los videojuegos o el lastre de la pi-ratería informática. Además, se transmiten algunas nociones básicas de lenguaje au-diovisual que vinculan los modelos de cine clásico con las producciones digitales con-temporáneas. Cabe reseñar que, a pesar de la necesaria brevedad del capítulo, los autores son hábiles resumiendo las principales derivas de la historia del audiovisual y sugiriendo ejemplos inspiradores de trabajos del cine clásico. Con todo, podría repro-chárseles que, a estas alturas, todavía la mayoría de autores citados –incluso las refe-rencias coetáneas– sigan siendo exclusivamente directores hombres, a pesar del es-fuerzo de los últimos decenios de la historiografía feminista para rescatar nombres y obras de grandes directoras que bien podrían ilustrar aquí ideas como las del montaje, las narraciones elegidas o las producciones de autor de hoy en día.

Este primer capítulo también introduce algunas cuestiones técnicas necesarias, como las propiedades de los nuevos formatos de vídeo digital y los que están por venir, como el vídeo en 360º, que ya ha tenido sus aplicaciones más o menos experimentales. En este sentido, una cuestión clave de este texto, muy positiva, es que no glorifica las po-sibilidades del digital y menciona, junto con las oportunidades de la mejoría de la cali-dad de imagen, también sus limitaciones, como el peso de los formatos 4K y superio-res para los ordenadores al uso. Al fin y al cabo, el libro está destinado a responder a las preguntas de quién lo adquiere, según apunta el título, para emprender una crea-ción “de bajo presupuesto”.

El resto del volumen sigue un orden cronológico en relación al proceso de producción canónico de un audiovisual, empezando desde el desarrollo del proyecto y la pre-producción y terminando por la distribución del producto. Mediante esta estructura sencilla y operativa, son abordados diferentes temas como el de las especialidades profesionales que se encargan de cada una de las áreas de un producto y sus funcio-nes, o algunas de las posibilidades abiertas por las tecnologías informáticas y digitales –desde la gestión de los proyectos hasta la comunicación interna del personal. Así, el capítulo dedicado a la gestación de un proyecto se inaugura con indicaciones acerca de la figura y prerrogativas del productor o productora desde la fase del guión, y tam-bién con indicaciones acerca del presupuesto bajo línea que debe elaborar el director de producción. En esta primera fase, los autores ponen el énfasis en la reflexión y eva-luación de un proyecto que se está planificando, y en el necesario balance entre el entusiasmo y el posibilismo en el momento de iniciar un producto.

El apartado dedicado a la producción es el que desglosa de forma más clara los distin-tos departamentos que configuran el equipo: producción, dirección, dirección de foto-grafía, dirección de arte, eléctricos y efectos especiales, en caso de ser necesarios. Un rasgo destacable de este capítulo es que supera el ánimo descriptivo y expone algunas de las dudas o confusiones que pueden emerger a lo largo de un rodaje; por ejemplo, las responsabilidades que pueden ser atribuidas a los profesionales de dirección o pro-ducción. Y es agradecido que el volumen encuentra respuestas prácticas a todas las cuestiones, asumiendo la colaboración y la continuidad necesarias de todas las tareas audiovisuales, sin renunciar a cierto ordenamiento, que se resume bajo la máxima que al departamento de dirección le corresponde dar respuestas relativas al contenido del rodaje y las decisiones artísticas y, al de producción, hacerlas posibles (o limitarlas) a través de la logística y los recursos disponibles. Asimismo, este capítulo no ahorra en consejos sobre cuestiones que pueden parecer de sentido común, como el cuidado con el que hay que tratar la comunicación interna del equipo, pero que resultan a menudo problemáticas en la ejecución de los filmes. Es también en este apartado donde traslu-ce la experiencia en el terreno de la producción de los autores del libro, puesto que se agradece su actualidad y acomodación a niveles de producción que son asumibles para la industria española. Así, el trabajo propone algunas soluciones prácticas como los nuevos software de organización y planificación de los rodajes y distintas fases del proyecto, o el abaratamiento que los drones suponen para conseguir tomas aéreas e incluso algunos travellings, añadiendo además consejos relacionados con la legislación vigente en España en cuanto al uso de estos dispositivos. El trabajo demuestra estar bien situado nombrando figuras como las del DIT (Digital Imaging Technician), una profesión que emerge de la consolidación del digital y que permite el control y revi-sión de la imagen durante el rodaje (dailies) para prever posibles re-shootings o repe-ticiones del rodaje de los planos imperfectos mientras no se ha desmontado todavía el set de rodaje y/o se puede contar con los activos conseguidos por producción.

El apartado dedicado a la postproducción es quizá el que se plantea de forma más cla-ra algunas cuestiones relativas a la autoría de la obra audiovisual y a la autonomía de los diferentes profesionales en relación al producto final. Los autores encajan esta re-flexión a través, principalmente, de la figura del montador, encargada de resolver la forma final del audiovisual junto con la persona encargada de la dirección. Quiles y Monreal abordan aquí cómo la tradicional (e idealizada) imagen de un montador ajeno a las vicisitudes del rodaje, convertían este profesional en una mente imparcial a la hora de seleccionar las tomas y escenas que formarían parte del montaje último, como también para descartar sin conmiseración aquellas que no resultaran lo suficien-temente atractivas. Ahora, sin embargo, con el acceso inmediato o diario de los mate-riales audiovisuales, la persona encargada del montaje forma parte de manera rutina-ria de todo el proceso y peligra, apuntan los autores, de encariñarse con el material y, como el director, sucumbir a valorar aspectos externos al mismo y a la funcionalidad de los materiales audiovisuales. Es quizá algo extraño que se planteen estas cuestiones acerca de la necesidad de la mirada del montador, especialmente cuando el capítulo termina alegando que el propio proceso de edición que llevan a cabo montador y di-rector es inmersivo y se da en un contexto de aislamiento que termina requiriendo de una mirada fresca que, para este caso, es la del productor. Tal afirmación quizá sería discutible pero no deja de ser interesante que el libro ponga el valor las capacidades artísticas de la figura del productor. Por otra parte, y huyendo de las recetas fáciles, la sugerencia global del libro es que desde luego no hay nunca una fórmula que garanti-ce la neutralidad ni la consecución del mejor montaje posible pero que, en cualquier caso, es importante buscar estrategias para repensar y salir de los bloqueos del proce-so. Este tipo de debate prosigue con reflexiones acerca de las grandes historias de co-lisión entre productores y directores con respecto a las decisiones artísticas de un fil-me, como resuena todavía en los mitos de películas como la perla del underground español Arrebato, de Iván Zulueta o El Cuarto Mandamiento, de Orson Welles. Como mordazmente apuntan los autores, a menudo estas controversias han sido a su vez explotadas comercialmente para remercantilizar los filmes a través de la idolatrada “versión del director” (director’s cut), que apenas implica el gasto de un remontaje menor y permite una nueva etapa de explotación del producto. La complejidad con la que los autores plantean estas cuestiones da cierta dimensión crítica al texto y le per-mite abrir puertas que superan en mucho el estilo aséptico y prescriptivo de los ma-nuales tradicionales.

Finalmente, el libro se cierra con una sección dedicada a la distribución del filme y, aunque algunas de las cuestiones referidas a esta fase ya se han abordado en el capí-tulo anterior, aquí se ahonda en las transformaciones que han conllevado las plata-formas digitales y mecanismos como el micromecenazgo, procedimiento preexistente a las redes sociales pero amplificado a través de las mismas. En este sentido, se apun-tan cuestiones que tienen que ver con la planificación y la pre-producción del proyec-to, momento en el que, según esta previsora propuesta, debe empezar la estrategia de difusión de un proyecto en vistas a fidelizar una audiencia y que luego pueda ser atrac-tivo para una distribuidora. También se mencionan fórmulas combinadas de financia-ción como las subvenciones, aunque se echa algo de menos, dada la actualidad del volumen, que se refieran convocatorias específicas u estrategias para conseguir estos fondos. Lo que sí ofrece esta sección, como la primera, es una profusa reflexión acerca de las transformaciones en los modelos de consumo y los retos a los que se enfrenta la industria, con una recentralización de la producción por parte de las plataformas de distribución online. Se abordan también fenómenos como la piratería o la dificultad de controlar la difusión de los contenidos de forma ilegítima, y se proponen soluciones basadas en el fomento del consumo legal y el cambio cultural. Una anotación intere-sante es el cuadro final del capítulo, en el que se esbozan las diferentes formas de ren-tabilizar la película considerando tanto las ventanas de explotación tradicionales (salas de cine, vídeo en soporte, televisión) como las facilitadas por las tecnologías digitales e interactivas (plataformas online, smart tv, móviles,etc.). Es en este sentido que los autores entienden que lo que se ha venido en llamar una crisis de la industria del cine (de la que se habla por lo menos desde el advenimiento de la televisión) es en realidad un proceso de adaptación a un nuevo panorama; uno que ofrece también muchas po-sibilidades, como las ventas de productos asociados a los contenidos audiovisuales (desde la ropa de los protagonistas, hasta un servicio de reparto del tipo de comida que consumen) que puede incentivar a que las grandes multinacionales inviertan en la producción de contenidos. Asimismo, se advierte de formas de financiación encubier-tas como la venta de datos de los clientes a multinacionales por parte de las platafor-mas digitales.

El estilo de escritura del presente volumen denota el conocimiento de los autores, Isi-dre Monreal y Arnau Quiles, ambos profesionales y docentes y, en este sentido, capa-ces de trasladar precisos conocimientos técnicos a un lenguaje asequible y cercano a las personas poco familiarizadas con el audiovisual. El libro puede resultar inspirador por cuanto no ahorra en mencionar las oportunidades que se han abierto a jóvenes realizadores a través de la creación y difusión audiovisual en red, como el caso de Da-vid Victori, primer ganador de Your Film Festival auspiciado por Ridley Scott. Asimis-mo, otro valor de esta publicación son las fotografías originales de los autores, que ilustran algunos de sus proyectos que refieren en la obra, y gráficos explicativos dise-ñados por Anna Prat. En un contexto en el que los realizadores noveles pueden encon-trar información de todo tipo a través de la red, este manual es una muy buena he-rramienta de ordenamiento de todos los elementos teóricos y técnicos necesarios para enfrentarse a un proyecto audiovisual. Es cierto que la extensión requerida no permite a los autores ahondar en los distintos temas que cubre el libro, pero esto quedará co-mo encargo para el lector o lectora, que complementará la información a través de las redes o manuales más específicos para cada área de interés.

En síntesis, estamos frente a un trabajo ligero en cuanto a presentación, número de páginas y sobriedad de la redacción, pero generoso en cuanto a la información que proporciona. Un libro que se presenta como manual de uso práctico –la organización de un producción audiovisual–, pero que a su vez cuenta con secciones, especialmente la introductoria y la referida a la difusión y distribución, que plantean reflexiones que los estudios académicos españoles del área de la comunicación deberían abordar en relación a la transformación de las industrias audiovisuales y a los resquicios que abren para la participación de los nuevos creadores y creadoras en la misma.

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