«Estructuras de la comunicación y la cultura. Políticas para la era digital», ZALLO, Ramón (2011)

 

Estructura y políticas de la comunicaciónLibros

Año publicación: 2011
Autor: Ramón, ZALLO

Gedisa

El lunes 17 de octubre de 2111 se presentaba en sociedad el libro de Ramón Zallo “Estructuras de la comunicación y de la cultura. Políticas en la era digital”, editado por Gedisa – Barcelona. Hacía la presentación en el Bizkaia Aretoa, sito en Abadoibarra (Bilbao), que ejerce de Paraninfo de la UPV-EHU, Carmelo Garitaonandia, Vicerrector de Campus de la UPV-EHU y catedrático de Periodismo, quien alabó el libro calificándolo, por la amplitud de temas que trata, como una casi “Summa Teológica de la comunicación en la era digital”, y pronosticaba un impacto similar al que en 1987 causara en el mundo académico de los estudios de comunicación el libro “Economía de la comunicacion y de la cultura” (Akal) un resumen de la tesis doctoral del mismo autor.

Recogemos aquí algunas de las explicaciones del autor en su turno de presentación.

El nuevo libro resume y reelabora algunas de las investigaciones y reflexiones centrales que, a lo largo de 15 años, se han ido desgranando en artículos y ponencias desde que en 1995 el profesor Zallo dirigiera el libro colectivo “Industrias y políticas culturales en España y País Vasco”. Servicio de Publicaciones de la Universidad del País Vasco. No es así un recopilatorio sino un texto nuevo que aprovecha algunos materiales de estos últimos años para centrarse en su sustancia más teórica y estructural, y alejada de los estudios de caso.

Tiene varias pretensiones básicas:

En primer lugar, quiere ser una contribución desde la teoría crítica a la comprensión de los fenómenos estructurales de cambio que se están produciendo en la comunicación y la cultura con base en la digitalización, la globalización y la convergencia de sistemas.

En segundo lugar, es un intento de renovación de esa misma teoría crítica de la cultura y la comunicación, y especialmente de la economía política de la comunicación, en la medida de que requiere de nuevas aproximaciones y conceptualizaciones. La era digital requiere nuevas ideas y teorías.

En tercer lugar, tiene un doble rol de legado y de devolución a la universidad de lo aprendido desde la poco frecuente experiencia de que un teórico de la economía y la política de la comunicación haya tenido la oportunidad durante siete años de trabajar en el diseño y las estrategias culturales y comunicativas de la Administración vasca. Este libro pretende, desde la teoría y ese laboratorio, desde la tensión entre utopía y realismo, formalizar enfoques válidos para espacios más amplios.

Por último, quiere ser una herramienta de trabajo para el profesorado y alumnado universitario de estudios de comunicación y cultura, desde unas aportaciones vivas, directas, arriesgadas y constructivas.

El ensayo tiene dos partes. Una de análisis estructural. Y otra de políticas culturales y comunicativas.

En la parte de análisis destacan varios aspectos.

1. Comunicación y cultura como objeto de estudio conjunto en ciencias sociales

Ya antes las industrias culturales –desde el cine al sector editorial o musical pasando por todos los media– han sido competencia analítica para las ciencias sociales de la comunicación. Ahora se propone que hay que ir más acá, reinterpretando también los patrimonios, los equipamientos, los servicios bibliotecarios, museísticos o de archivos, las artes en toda su plenitud y la cultura popular, como parte de un mismo objeto de estudio. Pero también más allá y en dos vertientes: la propiamente cultural y vinculada a la era digital (videojuegos, internet social, software cultural…) y las actividades que no siendo culturales funcionalizan estructuralmente la cultura en clave comercial (creación publicitaria, diseños, moda…).

Se ha hecho economía de las artes, economía de las industrias culturales y, más recientemente, se propone una desnaturalizada economía de las industrias creativas en las que la cultura se subordina a la innovación y al mercado.

En el libro se pretende, en cambio, establecer los rasgos comunes a todas las manifestaciones patrimoniales, artísticas e industriales culturales y comunicativas. Darle, por lo tanto, un estatuto normativizado a la Economía de la cultura y comunicación actuales, así como una caracterización de los rasgos económicos del Audiovisual.

Con ello se intenta contribuir a definir el estatuto de un objeto de estudio amplio pero pertinente de cultura y comunicación, alejado tanto de posiciones mediacéntricas que convierten la comunicación en pura red en lugar de entenderla como parte de la cultura o en contenidos comunicados, como de las posiciones que diluyen la cultura en los vapores de la creatividad comercial, identificada con la pura innovación.

Un corolario de esta nueva aproximación es la idea de que las gentes educadas en la comunicación están en buena posición, ya sea analítica o profesionalmente, para abordar temáticas de la cultura, desde el patrimonio y los museos a las industrias culturales tradicionales pasando por las redes digitales.

Económicamente se trata de un sector prometedor pero ¿y los modelos de negocio? Hoy están en experimentación múltiple y no están nada estabilizados lo que introduce grandes incertidumbres incluso sobre los liderazgos entre los grupos sectoriales y empresariales.

2. Capitalismo inmaterial

La globalización, la digitalización y la convergencia en curso hay que ubicarlas en la propia transformación del sistema económico social y que sería un capitalismo inmaterial o cognitivo, en el que el puesto de mando sigue en el capital financiero pero el espacio motor pasa a ser el conocimiento.

El libro avisa de las incertidumbres abiertas e intenta definir algunos rasgos del sistema de comunicación-mundo. La constatación del retraso enorme de la regulación social para hacer aprovechable socialmente el gigantesco conocimiento a disposición, nos introduce la duda de si, a falta de resistencias y luchas, esa regulación se va a producir o será la selva comercial la que imponga reglas y genere situaciones crecientemente desiguales.

El predominio económico de nuevos grupos, con centro en las redes y las telecomunicaciones, así como la retirada de los Estados y de los servicios públicos en un proceso de valorización y mercantilización de la cultura y la comunicación, son el contrapunto dominante. Pero no se trata de un modelo estable porque, paralelamente, la horizontalidad de las comunicaciones sociales plantea un reto gigantesco.

En efecto la aparición del hogar comunicado como ciber-hogar, el conocimiento como capital colectivo, el homo conectatus, la aparición de una cuarta comunicación – la comunicación en red- y que sustituiría, complementaría o absorbería, según los casos, los modelos anteriores: el interpersonal de grupo (bidireccional); de uno a muchos, presencial y con un mismo mensaje distribuido (enseñanza, espectáculos); y el de los media e industrias culturales (de uno a masa),… abren muchas incertidumbres por delante.

Ello indica que por el rol central de la comunicación y cultura en las sociedades avanzadas, redireccionarlas en beneficio social implica cuestionar otras muchas políticas, como las relativas al modelo democrático o las prioridades económicas.

Un capitulo del libro reflexiona sobre la crisis en relación a la comunicación y la cultura, entendiendo que la golpea y mucho, pero menos que en otros sectores, y que hay una demanda social sostenida y creciente que en épocas de crisis se canaliza hacia usos en red, intercambios baratos, bajadas gratuitas…Se aventura la hipótesis de que la comunicación y cultura tendrán un papel tractor de la recuperación económica que se adivina lenta, solo a medio plazo y rampante.

Apunta que en las sociedades avanzadas y más en los territorios de la convivencia, la se requieren potentes sistemas institucionalizados de comunicación y cultura con presencia pública y que seguirá extendiéndose la horizontalidad de las comunicaciones.

3. Identidad

Se pronostica que el sujeto comunitario como contrapunto va a ser un actor relevante en este siglo de la era global, con su identidad cultural, nacional o política… lo que es no solo compatible sino también complementaria a otras dimensiones del ser humano: individuo, ciudadanía, clase, género, cosmopolita…

Ciertamente los espacios subestatales no son los espacios privilegiados en las tendencias globales en curso y entran en riesgo. Los espacios privilegiados o mejor colocados en la mundialización económica y comunicativa en la economía red son los centros mundiales tecnológicos, financieros y de contenidos, los grandes Estados, las uniones de países y algunas ciudades metropolitanas.

La globalización es distribuidora de roles, así que los espacios territoriales históricos y sus culturas no son las que salen mejor parados del proceso de globalización, por lo que requieren políticas públicas voluntarias y compensatorias de las tendencias dominantes.

De todos modos es un marco en el que también se producen pérdidas de soberanía de los estados, por arriba y por abajo, y en el que los sujetos comunitarios tienen la ventaja de poder casar vivencia, convivencia, gobernanza, bienestar, estrategia y red. Ello requiere entender contexto y oportunidades.

4. Internet

Se la define doblemente como sistema de sistemas -o sea lugar de paso y articulador de otros sistemas culturales y comunicativos, desde la literatura a las comunicaciones personales- y sistema en si mismo con sus lenguajes, formatos y formas comunicativas.

Internet introduce cambios en el modelo creativo, productivo, cultural y comunicativo y en los usos y genera una profusión de fenómenos de interacción social, con una nueva socialidad superpuesta e imbricada a las otras –familiar, ciudadanía..-. Aparecen así nuevos agentes confeccionadores de agenda pública más allá de los media o de las instituciones y poderes.

La propia cultura que viene es sacudida. En la pg .134 se dice:

“La calidad, el conocimiento, el saber, la racionalidad, la profundidad, se ven matizadas o desplazadas por la imaginación, lo llamativo, la captación de atención, la sorpresa, el choque, el instante, el ruido, el sentimiento o el gag. La forma de construcción del pensamiento puede llegar a ser excitante (signos, imágenes, enlaces, hipertexto…), más cerca del modo de construcción de nuestros imaginarios y, al tiempo, preocupante por la captación de información ingente, instantánea, discontinua, asociativa más que racional, combinatoria, de pequeño formato, con pocas claves interpretativas y siempre en construcción. El peso de las destrezas combinadas con las emociones, nos alejan de la racionalidad de la Ilustración, y no deja de tener efectos en el tipo de contenidos y cultura. Ello quizás favorezca el relativismo o el pensamiento en permanente flujo, poco seguro y “líquido”, en expresión de Bauman”

5. Propiedad Intelectual

Se constata la inadaptación del actual sistema regulatorio de la creación cultural -las leyes de Propiedad Intelectual que siguen la doctrina de la Organización Mundial de al Propiedad Intelectual- en tanto consagra la apropiación privada del saber en la Sociedad del conocimiento en la que se supone que la cultura y la tecnocultura son de todos -el procomún, el dominio publico, así lo muestran- y para todos.

Las legislaciones de Propiedad Intelectual no casan con la renovación acelerada de estéticas y productos culturales, con la obsolescencia acelerada de cada producto o propuesta cultural, tonel estímulo a la creación, con el reparto de rentas injusto para la inmensa mayoría de la autoría y de los agentes intervinientes, con la gran base común de conocimientos, con las autorías colectivas…

Y se propone un modelo alternativo -deudor de varios autores como Stallman o Smiers- que entiende a la sociedad como agente colectivo y titular del conocimiento, pretende que la reducción de costes beneficie a los usuarios y que se proteja un retorno remunerador del derecho de la autoría.

6. Políticas culturales y comunicativas

Por último casi la mitad del libro está dedicada a las políticas culturales y comunicativas, y lo hace en tres vertientes.

a) Desde dónde proponer?

En primer lugar, con los ojos de la era digital se reformulan los viejos principios y lemas de la Ilustración como eran la libertad, fraternidad, la igualdad. Sugiriendo una lectura adaptada y compatible, en lugar de una mirada alternativa entre ellas y que han dado a ideologías contrapuestas en la historia, se incluyen otros ítems como diversidad, identidad, desarrollo, acceso, solidaridad, gobernanza y comunicación alternativa y se apunta una dialéctica ordenada entre ellas.

b) Lo que no había que haber hecho

En segundo lugar se critica la política comunicativa española, con especial detenimiento en la Ley General de Comunicación Audiovisual y el mapa resultante, con la reivindicación del servicio público y de la puesta en marcha de Consejos del Audiovisual que no verán la luz por la desidia de quien lo debía haber puesto en marcha a escala estatal (Gobierno Zapatero) o por enemistad manifiesta (Partido Popular). Este último pretenderá trasladar sus funciones a la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones que como todo el mundo sabe, no cuida el pluralismo sino la competencia. Conceptos bastante distintos.

c) Lo que hay que hacer

Finalmente, y es el capitulo más largo y detallado del libro, se propone una agenda para la política cultural comunicativa de España y las comunidades autónomas tanto para la cultura y la comunicación, como el Audiovisual e Internet.

En ella se revindica: la centralidad de la política cultural –tradicionalmente una política María en los gobiernos- en la era del conocimiento y del que la cultura es una autopista central; un modo distinto de hacer política comunicativa y cultural en claves de codecisión, planificación y de nuevas estructuras; la atención como preferente; considerar como prioridades a la creación y al usuario cultural; la puesta en pie de nuevas fórmulas de apoyo –derivadas de la política industrial- con gran atención a las PYMEs; los frenos de nuevo tipo a la concentración y centralización de capitales culturas y comunicativos; la apertura de políticas explicitas e-culturales; la cooperación inter-regional incluso transatlántica en materia cultural aprovechando que la mayor parte de recursos públicos de la cultura tienen origen local y territorial y no estatal quien sin embargo aparece como sujeto exclusivo de relaciones internacionales.

Estas son algunas líneas de trabajo del libro. El contenido está dentro, remachaba el autor.

+info:
http://www.gedisa.com/libroimpres.asp?CodigoLibro=510422

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