‘La imagen desvelada. Prácticas fotográficas en la enfermedad, la muerte y el duelo’

 

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Dr. Alfonso Freire Sánchez, de la Universitat Abat Oliba CEU, reseña de La imagen desvelada. Prácticas fotográficas en la enfermedad, la muerte y el duelo, de Morcate, Montse y Pardo, Rebeca (eds.), (2019). Vitoria-Gasteiz Sans Soleil Ediciones.

Desde los anales de la literatura, la filosofía y las artes naturales el ser humano ha anhelado representar, reproducir, (re)interpretar, entender y comunicar los orígenes de los sentimientos y el pensamiento, incluido el duelo derivado de la enfermedad y la muerte de los seres queridos. Sin embargo, es en la era actual cuando este tipo de representaciones se ha democratizado socialmente gracias a la irrupción de las redes sociales y, paralelamente, de las plataformas y dispositivos que permiten registrar fotográficamente el proceso hacia una de las grandes certezas del conocimiento humano: la muerte. Es en este contexto en el que se desvela y deslumbra la obra La imagen desvelada. Prácticas fotográficas en la enfermedad, la muerte y el duelo (Morcate, M. y Pardo, R. [eds.], 2019), la cual, ya desde sus inicios, invita a profundizar y reflexionar sobre el cambio de paradigma con relación a la desestigmatización de la representación de la triada: enfermedad, muerte y duelo mediante la imagen digital.

El libro está compuesto por ocho capítulos y una introducción. Cada capítulo afronta el tema anteriormente expuesto desde una perspectiva y un ámbito propios, ya sea desde la antropología, el arte, la fotografía, la sociología o la historia. Por ejemplo, el capítulo “Fotografías hechas de cáncer: el arte como pedazo de enfermedad en los relatos de mujeres”, de la antropóloga Susana de Noronha, realiza una mirada cercana e íntima de las personas que padecen o han padecido cáncer de mama y han llegado a sufrir la amputación de uno de sus senos. La autora subraya el poder significativo de estos proyectos artísticos a la vez que destaca el relato visual que conforman en relación con la confrontación de esta enfermedad.

También desde una perspectiva artística, pero más enfocado a la influencia que tuvo la enfermedad de la sífilis en la obra de Pablo Picasso, se despliega el estudio de caso que presentan Stanley B. Burn, experto en psiquiatría y creador del Burn Archive, y Jason L. Burns en el capítulo “Las fotografías de enfermos, deformados, trastornados y muertos: un registro de ciento cincuenta años, presentando el Archivo Burns”. En este estudio se desmitifica la creencia de que el pintor malagueño se había inspirado en máscaras tribales africanas para representar parte de la destrucción de los rostros humanos, ya que se desvela que se trata, en realidad, de la familiaridad de Picasso con los estragos que producía la sífilis.

Más allá del tema de la enfermedad y el arte, Montse Morcate, artista y doctora en Bellas Artes, se centra en categorizar y clasificar las imágenes sobre la muerte y el duelo de las personas por la pérdida de un familiar (también llamadas dolientes). En el capítulo “El álbum de los dolientes: un recorrido por las representaciones fotográficas de muerte y duelo en el ámbito doméstico”, Morcate estudia cómo la necesidad de estos dolientes por compartir su proceso de pena y pérdida en las redes sociales, especialmente en Facebook, responde al hecho de conseguir en muchas ocasiones “un apoyo más visible y constante que en el terreno offline, a la vez que la presencia, aunque virtual, del fallecido sea mucho más tangible” (2019: 155). Asimismo, Morcate propone una clasificación en el que denomina el álbum de los dolientes en la que propone una dicotomía entre el muerto presente y el muerto ausente en relación con dichos retratos y representaciones visuales.

Del mismo modo, aunque desde una perspectiva más relacionada con la presencia y el impacto de las imágenes de fallecidos en los medios de comunicación desde los orígenes del ser humano, es el estudio que presenta, por primera vez traducido al castellano, uno de los sociólogos más reconocidos en este ámbito del conocimiento: Tony Walter. El profesor emérito del Center of Death & Society of Bath’s University, bajo el título “Los medios de comunicación y los muertos: de la edad de piedra a Facebook”, expone los elementos iconográficos y las consecuencias socioculturales que está provocando en el consciente colectivo la presencia de este tipo de imágenes: “Si la escritura y la alfabetización habían ya expandido radicalmente el número y la variedad de muertos que podían ser conocidos, Internet y la tecnología digital ampliaron esta gama todavía más. […] la publicación online de información sobre los muertos permite una diversidad mucho más amplia”. Del mismo modo, Walter pone de relieve la capacidad de internet para poner en contacto a familiares, amigos y conocidos de un fallecido que, de lo contrario, no habrían podido contactar.

En este sentido, es posible hablar de un renacimiento, un resurgir e, incluso, una resurrección de parte de la iconografía y la imagen de aquellos elementos que conforman gran parte del imaginario y sustrato cultural humano y que influyen, directa o indirectamente, en la comunicación de las ciencias de la salud, la sociología y antropología, el arte, el cine, la publicidad y la propia fotografía, así como en la dimensión religiosa, cultural y social. Es, por consiguiente, un tema que no puede considerarse frívolo o trivial y que, en mayor o menor medida, puede afectar a cualquier persona; pues, como afirman Morcate y Pardo en la introducción de la obra, este cambio se caracteriza, entre otros elementos, por la toma de control de los enfermos sobre la representación visual de sus propias enfermedades, provocando en muchos casos que el proceso sea más personalizado y menos deshumanizado respecto a ámbitos profesionales. De esta dimensión profesional es posible enfatizar el fotoperiodismo, cuyas prácticas —algunas de ellas explicadas en el primer capítulo del libro (“Fotografía y enfermedad: iconografías en transformación”, de Rebeca Pardo)—, aun siendo consideradas como denuncia social, han ayudado —según la autora— a estigmatizar las enfermedades mentales; como también lo ha hecho el cine a través de grandes clásicos como Psicosis (Hitchcock,1960) o El resplandor (Kubrick, 1981), a los que se podría añadir otros como Alguien voló sobre el nido del cuco (Forman, 1975) y obras cinematográficas más actuales como Identidad (Mangold, 2003), The Babadook (Kent, 2014) o Múltiple (Shyamalan, 2017), entre muchas otras. En este sentido, este primer capítulo desvela, desarticula, desenmascara, desconcierta y desestigmatiza muchos de los estereotipos que la cultura occidental, mediante las representaciones clásica y moderna de estas enfermedades, ha ayudado a fomentar. ¿Pero en qué se basa esta desestigmatización? La psicóloga María Alejandra Castro puede responder a esta pregunta cuando afirma que “la desestigmatización de la enfermedad mental supone la adopción de una nueva perspectiva y el abandono de prejuicios y actitudes discriminatorias. Se trata, básicamente, de lograr ver la salud mental de un modo diferente”. (1)

Esta —llamémosle— democratización social de la representación visual de un proceso de pena o de una enfermedad abre un nuevo campo de experimentación y da pie a diferentes interpretaciones y a un enérgico debate sobre las consecuencias con base en la construcción de un nuevo legado o sustrato iconográfico sobre el tema: ¿se trata de una representación menos estereotipada y, por tanto, más real y humana?, ¿favorece o establece un proceso de mediación y reivindicación entre el enfermo y la imagen pública que proyecta?, ¿qué efectos y consecuencias directas y colaterales puede provocar esta representación o imagen desvelada del citado triada?, ¿cómo afectará esta nueva iconografía a la representación de las enfermedades en el cine, las series, los videojuegos o, incluso, en la publicidad? Sin lugar a duda, estas y otras preguntas o reflexiones, muchas de ellas respondidas por los diferentes autores de la obra, exploran este campo de conocimiento mediante temas capitales, profundos y que afectan a muchas parcelas socioculturales de la actualidad. Por ello, la lectura de La imagen desvelada permite reflexionar y extrapolar sus aportaciones e investigaciones a otras áreas interrelacionadas del conocimiento, como podría ser la del relato digital y el empoderamiento del enfermo o sus familiares como storytellers del proceso; pues no se debe obviar el protagonismo de la narración audiovisual en algunos casos reales y bastante recientes como fue el de Pablo Ráez Martínez. El bloguero y deportista relató y fotografió la evolución de su enfermedad, la leucemia, en Facebook y, tras su fallecimiento (en 2017), Andrea Rodríguez, la que fuera su pareja, publicó un libro en el que le homenajeaba y relataba el duelo y su proceso de pena y pérdida. Estos hechos conmovieron a la sociedad y provocaron que el canal televisión RTVE produjera y emitiera un documental llamado Siempre fuerte, la historia de Pablo Ráez (2019), el cual no solo relataba la lucha de Ráez, sino que hacía un llamamiento a la donación de médula ósea. (2)

En conclusión, por la trascendencia y el humanismo de los temas tratados, por la actualidad de los estudios expuestos, por la profundidad de las investigaciones que anteceden los capítulos mencionados como los que no lo han sido y por el prestigio de los diferentes investigadores e investigadoras que afrontan la representación visual enfermedad, duelo y muerte desde diferentes perspectivas y ámbitos, se trata de una obra altamente recomendable tanto para los interesados en el tema, como para profesionales de las ciencias de la salud, fotoperiodistas, artistas y fotógrafos de este campo, o para estudiantes de sociología, antropología y bellas artes.

Asimismo, la obra puede servir de inspiración para todos aquellos investigadores que quieran abordar el tema desde otras perspectivas y campos, como también, para quienes estudien la relación del relato del paciente o los dolientes storytellers con las citadas representaciones visuales.

(1) Castro Arbeláez, M. A.: (6 marzo de 2019) La desestigmatización de la enfermedad mental. https://lamenteesmaravillosa.com/la-desestigmatizacion-de-la-enfermedad-mental/ Recuperado el 28 de noviembre de 2019.

(2) Siempre fuerte, la historia de Pablo Ráez, un documental coproducido por RTVE y Quinta Planta, con la colaboración y el patrocinio de Fundación Unicaja, Mayoral, Ayuntamiento de Marbella, Ayuntamiento de Málaga y la Diputación de Málaga. http://www.rtve.es/rtve/20190917/2-estrena-siempre-fuerte-historia-pablo-raez-documental-sobre-su-lucha-favor-donacion-medula/1979355.shtml Recuperado el 30 de noviembre de 2019.,

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