Lorena Cano Orón reseña el libro de David R. Brake “Sharing Our Lives Online: Risks and Exposure in Social Media” (Palgrave Macmillan, 2014).
Es fácil encontrarse en cualquier red social con contenido que podemos clasificar como íntimo, publicaciones similares a las que se escribirían en un diario con acceso restringido. Sin embargo, este tipo de publicaciones se encuentra accesible a una audiencia considerable. ¿Qué lleva a las personas a exponer su intimidad en las redes? ¿Qué riesgos implican estas acciones? David R. Brake, profesor de periodismo en el Humber College (Canadá), profundiza en estas cuestiones en su libro Sharing Our Lives Online: Risks and Exposure in Social Media.
El autor hace hincapié en que la exposición de la vida íntima no siempre es dada por las publicaciones que realiza el propio sujeto, sino también por las aportaciones que realizan el resto de contactos al respecto. Uno de los principales consejos que se extraen del libro es que se debe pensar antes de publicar, una premisa que puede parecer banal pero que el autor se encarga de ilustrar de múltiples formas.
Se puede dividir el libro en torno a tres ejes temáticos. Por un lado, el autor expone en dos grandes bloques el tipo de influencias que llevan a los usuarios de redes sociales a compartir detalles de su vida privada. En primer lugar, expone las Macro Influencias, englobando en esta tipología las influencias globales en la forma de diseño y uso de la tecnología, en concreto Brake señala la legalidad, el mercado, las normas y el código. Este bloque correspondería con la perspectiva de estudio de estructura y políticas de comunicación. Y, en segundo lugar, expone las Micro influencias, que son estudiadas desde la teoría de Comunicación Mediada por Ordenador (Computer Mediated Communication – CMC). En este bloque se investiga el comportamiento de los usuarios y sus decisiones desde una perspectiva más sociológica que profundiza en el sentido que los usuarios le dan a sus interacciones. En el texto se diferencia la auto-presentación (self-presentation), que es el concepto que trabajaba Goffman refiriéndose al proceso por el que los individuos intentan controlar la impresión que causan en su interacción social, de la auto-revelación (self-disclosure), que es el proceso de hacer al yo conocido a otros y el concepto que se tiene de referencia para referirse a este fenómeno en las redes sociales.
Por otro lado, se desarrollan los riesgos de la auto-revelación en función del sujeto que está en riesgo. De nuevo se crean dos grandes grupos, niños y adolescentes por un lado y usuarios más mayores por otro. Según el autor, los riesgos a los que están expuestos los menores son fundamentalmente el ciberacoso y el abuso por parte de depredadores sexuales. No obstante, los adultos, debido a su posición de responsabilidad que se les pueda exigir en el trabajo, en su relación de pareja o con la familia, tienen un grado mayor de repercusión en lo referente a la reputación que los menores. Los riesgos que se señalan en el colectivo de las personas adultas son los derivados de la explotación criminal de la información que las personas publican voluntariamente en las redes sociales, como pueda ser el robo de identidad, el fraude o la vigilancia; stalking o ciberstalking, que hace referencia al acoso que puede sufrir una persona cuando es espiado por Internet y hace sentir inseguridad a la persona afectada; perjuicios en el trabajo; explotación comercial de la información y recepción de publicidad a medida; vigilancia gubernamental; y las interferencias negativas en las relaciones interpersonales.
Finalmente, el autor desarrolla las características propias de las redes sociales que afectan directamente al objeto de estudio. Se aborda el estudio de la audiencia o receptores que imagina el emisor cuando realiza una publicación en la web, el tiempo y la memoria de Internet, es decir, la perdurabilidad de los contenidos, y el contexto social en el que se está desarrollando, la sociedad de la transparencia. Para ilustrar estos apartados Brake examina las características de las redes sociales más conocidas (Facebook, Twitter, LinkedIn, Tumblr y Snapchat).
Para David R. Brake, la solución de este tipo de problemas, que surgen por la falta de conocimiento de las posibles consecuencias que puedan ocurrir, es mediante la alfabetización digital de los usuarios y la intervención de las redes sociales mostrando a los usuarios la audiencia potencial a la que están expuestos sus comentarios según el grado de privacidad que escojan. A pesar de todo lo señalado anteriormente, el autor no demoniza este tipo de servicios, de hecho dedica un apartado a enumerar sus beneficios.
La revisión bibliográfica con la que cuenta es verdaderamente amplia. Esto es debido, según el autor, a que una parte de la investigación presentada en el libro es de su proyecto de Tesis Doctoral. De esta forma, el doctor Brake profundiza más allá de los autores expertos en las nuevas tecnologías, conecta esta línea de investigación con sus raíces teóricas. Tal es el caso de la Comunicación Mediada por Ordenador, que para abordarla explica su evolución teórica desde los inicios de la teoría en 1930, en la Universidad de Chicago, con Erving Goffman como máximo representante.
La convergencia de los dos modelos de estudio que presenta David R. Brake, uno desde una perspectiva más psicológica con la literatura sobre CMC y otro más centrado en la estructura y políticas de los nuevos medios, ofrece una visión de conjunto muy esclarecedora. Esto junto con la justificación de los distintos riesgos con estadísticas de reconocido prestigio, como puedan ser las publicadas en los informes oficiales de la Unión Europea o las provenientes del Pew Research Center, ayudan a enmarcar de forma teórica y práctica la situación de la exposición de la intimidad en las redes sociales actualmente.