Janice Puentes reseña el libro: Zecchi, Barbara [coord.], 2017. Tras las lentes de Isabel Coixet: Cine, compromiso y feminismo. España: Universidad de Zaragoza. ISBN: 978-84-16935-73-4.
Isabel Coixet Castillo (Barcelona, 9 de abril de 1960) es una de las directoras españolas con mayor proyección internacional y, desde que comenzó su carrera en el séptimo arte, la cineasta se ha interesado en abordar las problemáticas y las experiencias de las mujeres desde su propia condición femenina, siempre otorgándoles voz.
Ha mantenido una óptica con perspectiva de género que hace notoria su preocupación por transmitir una imagen femenina despojada de los estándares del cine hegemónico, que por tradición toma partida de la mirada masculina. Este interés proviene no sólo del hecho de ser mujer, parte de su resistencia a las representaciones que cosifican, que oprimen y que no se cuestionan lo que están reproduciendo.
Su filmografía comienza en 1984 con el cortometraje Mira y verás, en 1988 dirige su primer largometraje, Demasiado viejo para morir joven. Ocho años después continúa con Things I never told you (1996), y desde entonces se ha mantenido como una cineasta activa. Actualmente se encuentra en el proceso de posproducción de su próxima película titulada Nieva en Benidorm (2020), aunque el calendario se ha visto afectado tras la situación generada por la pandemia de COVID-19.
Su creciente producción cinematográfica ha inspirado varios estudios, uno de ellos es Tras las lentes de Isabel Coixet: Cine, compromiso y feminismo (2017), un libro coordinado por la especialista en estudios de género Barbara Zecchi (University of Massachusetts Amherst), en el que se hace un completo recorrido de su obra. Partiendo de un análisis general, se sumerge en casos concretos de algunas de sus ficciones y de sus documentales, para concluir con una entrevista personal.
El volumen es un trabajo conjunto que nace de la conferencia Gynocine: Mujeres, Dones and Cinema (2010), y cuya riqueza parte de la diversidad de participantes, entre quienes se encuentran Patricia Hart (Purdue University), María Castejón Leorza (Universidad de Salamanca), Beatriz Herrero Jiménez (Universidad Rey Juan Carlos), Silvia Guillamón Carrasco (Universitat de València), Marta del Pozo Barrón (University of Massachusetts Amherst) y Ramón Girona (Universitat de Girona).
Pero hay más nombres: Hilaria Lobo Gómez (Universidad de Zaragoza), Eva París-Huesca (Ohio Wesleyan University), Raquel Medina Bañón (Aston University), Elisabet Pallàs (University of Massachusetts Amherst), Lucía Tello Díaz (Universidad Internacional de La Rioja), Jennie Rothwell (University College Dublin), María Jesús Beltrán Brotons (Freie Universität Berlin), Jorge Belmont Arocha (Universitat de València) , entre otros destacados especialistas.
Ya desde la introducción del libro, a cargo de Barbara Zecchi, se habla del cine de Coixet como un intento de deconstrucción del placer visual (escopofilia), de la representación femenina, y de la masculinidad tradicional. El primer bloque, titulado Gran angular: Travelling sobre la producción de Isabel Coixet, comienza situando a la directora en el contexto del cine español, que durante años se mantuvo alejado de la diversificación temática.
Especialistas como Núria Triana Toribio (University of Kent) con En algún lugar de America del Norte, Susan Martín-Márquez (Rutgers University) con Isabel Coixet y la teoría fílmica o Katarzyna Paszkiewicz (Universitat de les Illes Balears) con El tacto es discreto o no es nada, hacen un recorrido por las temáticas recurrentes en la filmografía de la directora barcelonesa y su manera de mirar cinematográficamente.
Se reconoce a Coixet como una cineasta mediática, en tanto que está presente en los medios de comunicación, atiende a las exigencias de los mercados globales, se encuentra activa en su propia plataforma en la que constantemente comparte contenido, y de esta manera refuerza su identidad en la industria en la que ya es reconocida por sus características gafas.
Pero, sobre todo, Isabel Coixet se define por haber trascendido fronteras, no sólo literalmente, puesto que gran parte de su trabajo se ha producido en el extranjero, sino porque a lo largo de su trayectoria se ha permeado de la cultura de tantos países y de tan diversas actividades como la redacción, el teatro o la publicidad, que la han convertido en una cineasta global.
Sus proyectos se han despojado tanto de la bandera catalana como del nacionalismo español. La cineasta se ha abierto muchas puertas fuera de lo meramente local, un desafío que se ha visto reflejado no únicamente en una mayor financiación y/o distribución, sino también ha sido el motivo de múltiples críticas y del rechazo que implica alejarse de lo que podría considerarse como el cine nacional.
Los personajes en cintas como Things I never told you (1996) o My life without me (2003) evitan una localización contundente, para que así la historia pueda centrarse en los sentimientos. Sus trabajos esquivan las etiquetas de nación y lengua, ya que muchos de ellos son rodados en inglés. “Trabajar en temas «universales», con un casting transnacional y como parte del «cine mundial»” (p. 57), es lo que hace Coixet.
La directora ha mostrado un interés muy particular en el poder de la mirada, derivado de su acercamiento a las obras del británico John Berger. Esta inclinación quedó muy presente en Mira y verás, en donde sustituyó algunos de los procesos de voyerismo y objetivación femenina tan fomentados por los medios audiovisuales por escenas de miradas a la vida cotidiana.
Ya desde este cortometraje es notoria la capacidad de Coixet para evocar visualmente la sensorialidad de la vida diaria. En My life without me es evidente cómo la catalana ha dominado muy bien la creación de imágenes hápticas que logran enfatizar las sensaciones para hacer sentir partícipes a los espectadores en escenas más comprometidas con la integridad de los personajes.
En cuestión del tacto, el cine de Isabel Coixet oscila entre la proximidad y la distancia, entre el tocar y el no tocar. En The secret life of words (2005) el tacto es el medio que permite crear un vínculo entre los protagonistas. A través del contacto de Josef, quien tras un accidente ha perdido temporalmente la visión, con las cicatrices que tiene su enfermera Hanna, al haber sido víctima de tortura, éste puede entender mejor su pasado y por lo tanto se crea una mayor proximidad entre ambos.
En cambio, la relacionalidad en el filme Ayer no termina nunca (2013) es la separación. Es un reencuentro, sí, pero se prohíbe el tacto, se obstaculiza, lo cual representa esa ruptura en la intimidad de los personajes. Hay un no tocar presente en la trama que evidencia la distancia existente entre los protagonistas.
El sonido, y la ausencia de éste, es otro de los grandes temas en la obra de Coixet, siempre cuida mucho sus bandas sonoras. Según el análisis de Rosario Torres (Pennsylvania State University), el silencio está íntimamente relacionado con el género femenino, que ha tenido que transgredir para adueñarse de su discurso. En The secret life of words es bastante claro que Hanna hace uso del silencio como un mecanismo de defensa y una estrategia de supervivencia que, hasta cierto punto, ha aprendido a ejercer bajo su propio control.
Ahora bien, en el segundo bloque del libro, Teleobjetivo: Primeros planos en los largometrajes de ficción, el enfoque está en las películas narrativas de la directora. Diferentes autores examinan algunos de sus filmes; su primer largometraje, Demasiado viejo para morir joven (1988), A los que aman (1998), Elegy (2008), Map of the sounds of Tokyo (2009), Another me (2013), Learning to drive (2014) y las ya mencionadas en la primera parte del volumen: Things I never told you, My life without me, The secret life of words y Ayer no termina nunca.
Por otra parte, el tercer apartado, Zoom: Los documentales de Isabel Coixet, se centra en su labor social a través del medio audiovisual. La directora hace uso de su voz para expresar lo que considera necesario visibilizar; así, ha tomado un posicionamiento claro ante causas de índole social, política y ecológica.
Retrata la tortura en Viaje al corazón de la tortura (2003), critica la situación económica de España en La insoportable levedad del carrito de la compra (2004). Para tratar la inmigración participa en el filme colectivo Invisibles (2007) con Cartas a Nora. Comprometida con hacer notar la violencia de género, forma parte del especial para Televisión Española 50 años de… con La mujer, cosa de hombres (2009).
Con Aral, el mar perdido (2010) denuncia los abusos medioambientales; y en su afán por mostrar esas realidades que tratan de ocultarse, surge Escuchando al juez Garzón (2011), un documental-entrevista cuyo objetivo es darle voz al juez Baltasar Garzón para que pueda contar su verdad. La cineasta realiza este proyecto como un arma de expresión para quien ella considera que ha sido injustamente juzgado.
Hernando C. Gómez Prada (Universidad Complutense de Madrid) y Francisco A. Zurian Hernández (Universidad Complutense de Madrid), nos dicen que la Coixet documentalista desempeña la función de periodista social, ya que su obra es reactiva y busca levantarnos de nuestras sillas para que salgamos a la calle. Brinda su cámara y su visión, lucha contra el orden simbólico, y de forma reflexiva muestra las consecuencias e implicaciones de problemas poco visibles.
Finalmente, el cuarto bloque, Las gafas: Isabel Coixet persona, ofrece dos capítulos, el primero de Dolores Juan Moreno (Clark University) y Guillem Molla (University of Massachusetts Amherst), De fuets y remolachas, es una aproximación a los gustos de la directora, a sus aficiones y a los fetiches que ella misma rescata en su libro La vida secreta de Isabel Coixet (2011); nos deja ver la importancia de la gastronomía en su vida y en sus producciones.
El segundo es una entrevista hecha por María Donapetry Camacho (University of Oxford), con la que se cierra el volumen. Esta última parte del volumen es un acercamiento más personal, nos permite ver que el trabajo de Coixet gira en torno a sus propias convicciones pero que en sus proyectos siempre está presente su compromiso social y con la ecología, la defensa de la mujer, y la de los derechos humanos.
De esta manera se completa el retrato de la cineasta que de forma muy original se construyó a través de cuatro ángulos. Tras las lentes de Isabel Coixet… es un libro muy completo porque parte de diferentes perspectivas que nos permiten conocer su obra pero también a la cineasta misma, una mujer consciente del poder de la imagen y de los sonidos, de la implicación de los sentidos en el cine, y de su valor en el medio audiovisual.