Iván Galiano
Creo que cualquier lector de cómic me entenderá perfectamente si para empezar este artículo afirmo categóricamente que este, para nosotros, siempre ha sido un refugio. Lo ha sido desde la tira de prensa de humor, que resultaba ser lo primero que la gente leía del periódico, hasta los tebeos de aventuras que nos transportaban a mundos mágicos y exóticos. Ese rasgo de rincón seguro y precioso se ha ido manteniendo en todos los caminos que el noveno arte ha ido explorando y conquistando. Pero poco podíamos imaginar que en 2020 los cómics iban a ir ser un refugio más que nunca, aquello que durante el confinamiento nos ha mantenido recogidos, culturizados y entretenidos.
Con todos los impedimentos que han supuesto casi un año de pandemia, la industria ha seguido más o menos en marcha. La gran mayoría de editoriales ha continuado con su programa de novedades mensuales –con algunos retrasos–. Las más afectadas han sido las pequeñas editoriales y las autoediciones. Las librerías han conseguido aguantar el temporal con la fidelidad de los lectores al flanco. Muchos autores y autoras han entregado generosamente material online para mantener el interés y los ánimos. Todo el sector de cómic en general, se ha visto afectado además, como otros de la cultura, por la casi total desaparición de festivales, a pesar de que se ha intentado paliar esa pérdida con algunas actividades online que mantenían cierta sensación de comunidad y de arrimar el hombro. Seguramente es pronto todavía para valorar las consecuencias de este nefasto año –y lo que seguirá–, pero de lo que sí que podemos dar testimonio es que en 2020 la publicación de cómic en España ha sido rica en calidad y en variedad, como lo venía siendo en los años precedentes. Nos han seguido llegando obras de Europa, Japón y Estados Unidos –los tres grandes mercados– y se han publicado muy buenas obras de autores y autoras nacionales que siguen despertando interés en el extranjero. Por ello, con vocación de panorámica amplia, vale la pena hacer una revisión de algunos de los tebeos más recientes y correr la voz de que el mundo del cómic, incluso con las dificultades pasadas, está algo más que vivo.
Ciencia ficción y fantasía
Si empezamos trasladando la mirada a los géneros más populares, nos encontramos con una cosecha de obras muy interesantes que han ido desde lo íntimo hasta la acción y aventura en estado puro. La talentosa Ana Galvañ nos presentaba Tarde en McBurgers (Galvañ / Apa-Apa), una mirada a las aventuras de viajes en el tiempo con un cierto aire ochentero y críptico, insuflado de sororidad. Sororidad que también veríamos en la segunda parte de En un rayo de sol (Walden / La Cúpula), que contaba una odisea espacial de crecimiento personal a través de la ruptura de una relación de juventud. No te vayas sin mí (Valero-O’Connell / Astiberi) abundaba en el relato íntimo de las relaciones personales mediante una narrativa visual que colocaba a la obra en el campo de la poesía gráfica.
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