Quim Puig reseña el libro de Rosana Martins (ed.) “Hip-Hop, cultura y participación. La visibilidad de la juventud de las periferias urbanas”. (Barcelona: UOC, Colección Atlántica de Comunicación. 2015).
Han pasado 50 años desde las primeras manifestaciones de la cultura hip hop en los Estados Unidos y en este tiempo podemos decir que globalmente ésta ha pasado de ser una subcultura militante, y de gueto, a convertirse en parte de la cultura popular global, aunque esto no ha afectado de igual manera a todas su manifestaciones ni con la misma intensidad. Sin embargo, podemos afirmar que las mismas han llegado a su madurez.
En paralelo a esto, el hip hop pasa de ser un conjunto de manifestaciones y de lenguajes culturales propios de Estados Unidos a convertirse en un código de referencias universales a través de su internacionalización. Dicho de otra manera, pasamos de un hip hop de origen made in USA a un hip hop que se ha adaptado y enraizado dentro de otras culturas y que ha mezclado sus características originales, relacionadas con la expresión de la identidad de la juventud negra periférica estadounidense, con otras propias de cada nueva comunidad donde se ha implantado, diferentes de las de sus orígenes. Es por esto que hoy en día resulta irrelevante hablar de un supuesto imperialismo cultural simplemente por el origen inicial del fenómeno, toda vez que en los sitios donde se ha enraizado éste ha sido transformado localmente.
Estos dos párrafos precedentes tienen como objetivo contextualizar la existencia de un libro colectivo como Hip-Hop, cultura y participación. La visibilidad de la juventud de las periferias urbanas, editado y coordinado por Rosana Martins, con capítulos temáticos escritos por la propia Rosana Martins así como por Otávio Raposo, Claudia Garrocini y Mássimo Canevacci. También hay que recordar que el prólogo está a cargo de Glòria Diògenes. Si tuviera que definirlo en pocas líneas, diría que estamos ante un texto riguroso y analítico sobre la cultura hip hop en Brasil (y en Portugal en menor grado), texto que combina la antropología cultural, la sociología y la comunicación de masas a la hora de describirla. Incluso, para los amantes de las etiquetas, creo que podríamos ubicar el libro dentro de los cultural studies.
¿Por qué es importante el hip hop brasileño como objeto de estudio así como el establecimiento de relaciones entre éste y el hip hop de Portugal? ¿Por qué los estudios de Martins et alii son importantes tanto como aportación de conocimiento como por interés del lector? Son diversos los argumentos que podemos utilizar para contestar a estas preguntas:
a) El libro nos explica la historia del hip hop brasileño y la centra no sólo en sus manifestaciones artísticas y comunicacionales, que obviamente son de tipo sincrético al mezclar elementos locales y foráneos, sino también en lo que podemos llamar una identidad colectiva juvenil de los jóvenes de la periferia, identidad que hay que interpretar en términos de pertenencia y de autoafirmación contra el peligro de exclusión social del sistema. Una vez más, como ha pasado a lo largo del siglo XX y continua en las décadas que llevamos del siglo XXI, la cultura pop(ular) se crea a partir de los grupos marginados o que habitan en los márgenes.
b) Consecuencia de lo anterior: el hip hop brasileño es un vehículo comunicacional que se configura a la vez como un conjunto de manifestaciones artísticas pero también de mecanismos de activismo social, agitación y conciencia crítica. En este sentido es interesante valorar la comparativa que se establece entre jóvenes de las barriadas de Sao Paulo o Río de Janeiro con las de Lisboa y ver cuáles son las formas comunes. Ya no es sólo que el hip hop en general se haya internacionalizado, es que sus nuevas formas también lo están haciendo al crear y establecer nuevos canales. El resultado es claramente un tipo de neofolk urbano.
c) Es innegable el interés que tiene para los poderes públicos la articulación de un conjunto de políticas relacionadas con la juventud periférica de las principales ciudades de cada país (o, al menos, parece que esta tendría que ser una de las justificaciones de cualquier Estado, la lucha contra la marginación y a favor de la integración, y la ayuda a los jóvenes que encarnarían un futuro de la sociedad). Sin embargo, es fácil deducir a partir de la lectura del libro que coordina Martins que el hip hop es una cultura capaz de implementar mecanismos de autosuficiencia al dotar a sus integrantes de formas de intervenir en la realidad urbana y también de reflejarse en ella.
d) A pesar de ser una manifestación urbana y real, el hip hop no es la única. No necesariamente por una voluntad de protagonismo sino porque la visibilidad es una garantía de inclusión o referencia. La plasmación de esta realidad en los medios de comunicación de masas explica el interés dedicado a un programa de televisión como Manos e minas, que cabe juzgar no solo por su interés comunicativo sino también identitario.
e) Finalmente, en términos estrictos musicales (aunque la música es sólo una de las manifestaciones del hip hop), hay que considerar el papel de éste en la creación de una world music moderna que combina tecnología y raíces tradicionales, y que sirve de crisol de influencias diversas.
Hasta aquí he hablado de los argumentos que el lector puede encontrar en el libro. Quiero ahora manifestar también mi opinión. Todavía hoy día hay reticencias a la hora de investigar académicamente formas de cultura popular. El libro que coordina la profesora Martins, mezclando diferentes disciplinas, es una obra que demuestra que no hay temas mayores o menores a la hora de investigar y que todo depende del rigor con el que esta se hace. Y, en este sentido, el libro del cual hablamos lo es, y también es brillante y analítico. Nos permite igualmente reflexionar sobre los mecanismos sociales de inclusión y autoafirmación, sobre las formas de crear y expresarse y sobre qué puede representar ser joven en determinadas circunstancias. Y lo más interesante de todo: estas reflexiones de carácter universal se hacen a partir del localismo periférico de Lisboa, Sao Paulo y Río de Janeiro.
