Simona Levi: “La cultura libre es la cultura del compartir y la cultura de la desintermediación y de la descentralizacion”

 

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Simón Vialás Fernández, Investigador en Comunicación (UAB), entrevista a Simona Levi.

Simona Levi (Turín, 1966) es una artista multidisciplinar y activista a favor de la libre circulación de la cultura y la información. Es también una de las fundadoras de X.net, plataforma que propone modelos alternativos para la difusión cultural, la gestión de los derechos de autor y la democracia en la era digital. A su vez, coordina el FCForum, un encuentro internacional que reúne a organizaciones y expertos en el ámbito de la cultura y el conocimiento libre para crear un marco estratégico global y una estructura de coordinación internacional.

Aunque cada vez se habla de más de cultura libre, sigue siendo desconocida o malinterpretada como “gratis” por una parte importante de la ciudadanía y de las instituciones culturales. Empecemos por este punto, pues: ¿cómo explicarías qué es la cultura libre y por qué es importante?

Es verdad que hay ambigüedades respecto a la idea de cultura libre, dado que algunos han querido venderla como gratis, pero es una idea que cala menos. Por un lado, se ha posmodernizado y, por otro, hay toda una cultura incipiente de las nuevas startups colaborativas y todos estos temas que hacen entender al gran público las cosas de un modo un tanto diferente y esto ha ayudado. Un poco ha sido el trabajo que ha hecho la SGAE para difamarse a sí misma, por lo cual se ha visto que esta defensa del copyright era en realidad una operación para preservar unos privilegios. La cultura libre es la cultura del compartir y la cultura de la desintermediación y de la descentralización. Desintermediación y descentralización del poder, de la innovación; es el pasaje a la edad adulta de los pueblos.

¿Podría entenderse la cultura como un procomún?

Yo creo que el tema del procomún es solo una parte del discurso, pienso que la cultura libre lo que nos enseña es que hay tres agentes: público, privado y común. Antes era solo el individuo o la institución, mientras que ahora hay bienes comunes, el individuo y la institución. En el capitalismo se nos habían perdido los espacios comunes y es cierto que la cultura libre los vuelve a introducir con fuerza, pero el común no es todo, sino que la cultura libre es una forma de pensar que nos permite armonizar y poner a funcionar estas tres agentes en una forma solidaria y equilibrada, sin que ninguno sté por encima del otro.

En esta edición del FCForum, centráis la atención sobre las personas que luchan para defender los derechos civiles en el ecosistema digital. ¿Cuáles son las principales amenazas a las que se enfrenta la sociedad civil en este ecosistema?

El ecosistema digital es una herramienta y un campo de batalla, en el sentido de que lo tenemos que defender. Es un campo de batalla porque hay que defender Internet en sí misma, como podemos defender el derecho a la vivienda, a la salud, a los servicios básicos, a una vida feliz, etc. Internet está amenazado porque la neutralidad de la red está amenazada. Por otro lado, debemos de ser conscientes que Internet es, a la vez, una herramienta de democratización y de control. O sea, debemos procurar que Internet sea esa herramienta de democratización que muchos deseamos.

¿Cómo podríamos incidir sobre la protección de derechos fundamentales que se están viendo vulnerados?

El gran problema es que, por suerte, Internet nace relativamente neutral. Tiene sus problemas, porque sabemos que el “caño” está en manos de multinacionales, no nace perfecta, pero nace neutral. El problema es que la gente, yo misma si no me hubiera especializado, no sabría si me viniesen a contar que el Internet que tenemos ahora en unos años puede ser como una TV a la carta, en la que estarás obligada a pagar, podrás ver sólo ciertas cosas, costará muchísimo dinero poderme anunciar allí,… No, no me lo creería, pensaría que es una paranoia.
Hemos tenido la suerte de que Internet se ha escapado de las manos al sistema en su comienzo y la sociedad civil ha sido muy rápida en hacerlo suyo, más rápida que el sistema por una vez. Pero debemos dejar claro que esto es algo que tenemos que defender. Una cuestión fundamental es la defensa de la neutralidad de la red; estamos esforzándonos en explicar -por cierto, también está el tema de la privacidad que es un nuevo espacio físico de la realidad-. El sistema está intentando aplicar en este nuevo espacio reglas que serían inaceptables en el espacio analógico, por ejemplo, el secreto de las comunicaciones. si a nosotros nos quieren mirar el correo (postal) todo el mundo, desde un abuelo hasta un niño, dirían ‘si yo mando una carta no quiero que nadie me la lea’. Mientras que se ha intentado aplicar a actividades que sabemos defender en el espacio analógico, no nos damos cuenta de que tienen una simetría en el espacio virtual, que también debemos defender. Nos encontramos básicamente con represión, “leyes mordaza”, “ley torquemada”, etc. Actividades que hacemos en internet como publicar y compartir convocatorias de huelgas o protestas, son más fácilmente criminalizadas que las que se hacen en la calle porque en la calle hemos aprendido a defenderlas. Hemos aprendido a defendernos de la vigilancia del “gran hermano” en el espacio físico, pero ahora tenemos que aprender a defendernos en el espacio digital.

“Para que la mayoría de usuarios no expertos o políticamente comprometidos pueda beneficiarse de las cuotas de autonomía ofrecidas por las iniciativas basadas en el procomún hace falta mucha pedagogía y divulgación” ¿Cómo se podría favorecer el acceso a las oportunidades que ofrece la cultura libre?

A mí no me gusta mucho la palabra “pedagogía”, porque esto implica que hay un pedagogo y uno que es ‘pedagogizado’. Considero que en todos los ámbitos tengo muchas cosas que aprender y que lo que sé puedo enseñarlo. Es más, somos ciudadanos adultos y responsables, o al menos estaría bien que lo fuésemos. Podemos compartir; por ejemplo, yo puedo compartir de este tema en concreto y alguien de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) pues me podrá compartir lo que sabe sobre la vivienda y yo tendré que escuchar si quiero saber cómo está el tema. Una de las cosas que nos permite Internet es compartir. Antes, para poder saber de unas luchas u otras había que ir a mil reuniones, mientras que ahora está todo en Internet. Volviendo a tu pregunta, más que pedagogía es la posibilidad de que las cosas que hacemos sean vistas, de ver otras cosas e ir aprendiendo los unos de los otros. O sea, más que de pedagogía yo hablaría de compartir.

¿Cómo crees que se puede favorecer el desarrollo de modelos sostenibles para la producción cultural orientada al procomún desde las políticas públicas e instituciones culturales?

Considero que hay iniciativas con dificultad de sostenibilidad en el ámbito del procomún, pero también en el ámbito de la propiedad privada. O sea, creo que la precariedad, la dificultad de desarrollar proyectos no es mayor o menor si es sobre una base de propiedad o sobre una base de libre acceso. Las instituciones favorecer los bienes comunes, pero no sostengo que una institución debe apoyar más a un tipo de modelo que a otro.

Pero si son instituciones públicas, en teoría también deben estar orientadas al bien común…

No creo que por el hecho de ser hippy, colaborativa y “pichiflower” tenga más derecho que un señor que quiere montar una empresa de lo que sea; ahora bien, la institución debe potenciar lo que tiene un retorno para el común. Y esto depende de cada caso. Tiene que darse un equilibrio entre el retono al común y ciertos derechos de los individuos.

¿Qué acciones crees que serían necesarias para la organización y defensa de los trabajadores que orientan su producción al procomún?

Una vez más, no hago distinción entre trabajadores. Dentro del contexto capitalista los trabajadores son trabajadores, no veo diferencia entre si trabajan para lo común o si trabajan como buenamente pueden. Considero que esta distinción es un poco peligrosa porque, por ejemplo, en el contexto cultural los trabajadores se han creído que deben, tienen derecho a tener un estatuto diferente, o sea, deben tener un estatuto específico de su gremio, pero no unos derechos superiores o diferentes al de cualquier trabajador. La explotación que hay en la relación laboral capitalista es una explotación que sufren todos; coger a un gremio y decirle que tiene, pongamos por caso, unos derechos de autor o unos derechos particulares por encima de los demás es un error. El resultado es que este gremio es en bloque el chivo expiatorio y la carne de cañón para defender unas políticas que son antisociales, como las del copyright y las de las patentes, etc., sin que ellos se beneficien de ningún retorno porque, encima, se han olvidado que tienen que también tienen que defender sus salarios. Está defendiendo sus derechos de autor, que debería ser una minucia que viene después, y se han olvidado de que lo que tienen que defender es su salario. En definitiva, han sido aislados del resto de los trabajadores que luchan por sus derechos y encima con un plus de superioridad que los pone en contra de la sociedad. Han sido engañados, se han dejado engañar, pero, precisamente, por hacer esta diferencia: que hay trabajadores que se merecen un trato diferente, que son diferentes que los otros trabajadores.

 

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