Dos ideas de metaverso en disputa

 

Selección

Antonio Ortiz

El metaverso se ha convertido en una suerte de saco de boxeo al que golpear y ridiculizar. Si Zuckerberg se erigió como la figura mediática que más apostó, el ver cómo gastan miles de millones al año con resultados mediocres hasta el momento ha supuesto una oportunidad inmejorable para que entremos con todo. Sea por rechazo al concepto en sí, por ser una de esas tecnologías que no existían cuando me hice adulto, por odio a Facebook o por el gusto que a algunos producen los fracasos de las grandes corporaciones, el caso es que el tiempo ha sido propicio para apuntar con el dedo y señalar, “esto es una mierda, os lo dije”.

De hecho, en este mismo blog hemos planteado alguna que otra enmienda, al producto actual y al planteamiento de fondo de la estrategia de Zuckerberg y Meta. Pero, si queremos ser honestos, el propio Mark apuntaba que era un trabajo a 10 años vista: desde su punto de vista quizás a los accionistas no les hace gracia tanta inversión con incertidumbre y plazos tan largos, pero el asunto merece la pena porque el metaverso será la próxima gran plataforma tecnológica (por aquí lo discutimos, yo estoy más en la inteligencia artificial).

En el debate por momentos se pierde el punto de hacia donde van, qué es el metaverso no sólo en la estrategia de Meta sino en la mente de visionarios y resto de industria y qué otros servicios lo están adelantando. Por otro lado, planteo que hay una visión alternativa, un marco desde el que pensar la sociedad en contraposición

La idea de metaverso (y por qué va a suceder según sus defensores)

Empecemos por el por qué y luego nos iremos al cómo y al qué. ¿Por qué creen muchos analistas y visionarios que lo del metaverso acabará sucediendo? Porque la historia nos enseña que los humanos buscamos cada vez mayor inmersión en nuestra experiencia digital. Conforme la tecnología lo permite, elegimos modelos digitales que se parezcan o representen el mundo tal como lo experimentamos. Del texto a la imagen, luego el audio y el vídeo, cada vez más a la sensación de estar vivo en lugar de estático.

Esta búsqueda de que lo virtual evoque la experiencia del mundo “real” a la que estamos acostumbrados es patente en los videojuegos (pensemos en el salto de los plataformas a los diseñados para la “primera persona” en mundos tridimensionales) y además proporciona a los optimistas con el metaverso más razones: los niños y jóvenes con plataformas como Roblox, Animal Crossing, Fortnite o Wow están abrazando “proto metaversos”, lo cual nos lleva a un primer concepto, a una primera idea de metaverso tal como lo están pensando.

Así el metaverso sería un mundo virtual o varios mundos virtuales interconectados que existen en paralelo al mundo físico. Estos espacios permiten a los usuarios interactuar entre sí y con el entorno digital de maneras que van más allá de las interacciones tradicionales online. Un analista al que sigo hace muchos años, Mathew Ball, hace una gran defensa de esta idea en su recomendable libro “El metaverso: Y cómo lo revolucionará todo” (AmazonTodos tus libros) y apunta a una lista de características de estos mundos vituales.

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Imagen de Pete Linforth en Pixabay

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