La burbuja de las revistas científicas se traga millones de euros de dinero público

 

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MANUEL ANSEDE

Un extraño fenómeno ha transformado el sistema científico mundial. De repente, revistas académicas que antes eran semanales o quincenales se han puesto a publicar varios números especiales cada día. Hay casos insólitos, como el de la hiperprolífica revista de investigación ambiental y sanitaria International Journal of Environmental Research and Public Health (IJERPH), que el año pasado publicó 17.000 estudios científicos, 13 veces más que en 2016, según los cálculos del ingeniero Pablo Gómez Barreiro. La revista, teóricamente quincenal, ha alcanzado un ritmo de seis números especiales cada día y ha sido la preferida por los científicos españoles en los últimos años para colocar sus trabajos. Su editorial, MDPI, fundada en Suiza por el químico chino Shu-Kun Lin, ha multiplicado sus ingresos, gracias a un trasvase de millones de euros de dinero público presupuestado para la ciencia. Es una burbuja que está a punto de reventar, según sugiere un análisis de Gómez Barreiro y otros tres colegas.

“La gente con influencia tiene que sentarse a tener una conversación incómoda, para decidir el futuro de las publicaciones científicas, porque, si esto sigue así, es posible que perdamos lo más importante de la ciencia, que es el rigor científico. Si pierdes eso, pierdes todo”, alerta Gómez Barreiro, que trabaja en el Banco de Semillas del Milenio de los Reales Jardines Botánicos de Kew, en el sur de Inglaterra. El ingeniero español no es un especialista en el sistema académico, pero en 2018 empezó a darse cuenta de que científicos de su entorno publicaban estudios a una velocidad inusual. Al mismo tiempo, su buzón de correo electrónico comenzó a llenarse de propuestas de revistas para que enviase artículos para inminentes números especiales, previo pago. Gómez Barreiro empezó a investigar qué ocurría y en internet se topó con otros tres colegas que también estaban indagando: el economista italiano Paolo Crosetto, el inmunólogo canadiense Mark Hanson y el antropólogo británico Dan Brockington. Decidieron unir sus fuerzas.

El cuarteto de detectives aficionados, mediante sofisticados programas informáticos, extrajo toda la información disponible en las webs de las principales editoriales internacionales. El equipo detectó enseguida que el número de estudios publicados cada año en el mundo había crecido “exponencialmente”, superando los 2,8 millones en 2022, casi un 50% más que apenas seis años antes.

Tres editoriales muestran un comportamiento especialmente anómalo, con un altísimo porcentaje de estudios publicados en números especiales: la suiza Frontiers (el 69%), la egipcia Hindawi (el 62%) y, por encima de todas, MDPI (88%), el gigante empresarial del chino Shu-Kun Lin.

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Imagen de Willi Heidelbach en Pixabay

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