Autora: Verónica I. Basquens (Estudiante de Sociologia en la Universitat Autònoma de Barcelona)
El Grupo de Trabajo sobre Periodismo Solidario del Col·legi de Periodistes de Catalunya organizó un debate sobre África en los medios de comunicación el 12 de diciembre de 2017 en el centro de Barcelona, en la sede del Col·legi. Este fue el último evento de un ciclo de debates titulado “Àfrica, tan a prop i tan desconeguda” (África, tan cerca y tan desconocida).
Los participantes fueron Oriol Puig, periodista, doctor en antropología social y actualmente miembro del Grupo de Estudio de las Sociedades AfricanasPeriodismo: Reflexión y compromiso ante los tópicos
La primera intervención fue la de Oriol Puig. Puig agradeció la invitación, pero también puntualizó su indignación por tener que hacerse este tipo de charlas debido a la escasa información y al gran dominio de los estereotipos. Criticó abiertamente el periodismo actual. Sus argumentos giraron en torno a la falta de especialización de los periodistas y al hecho de que la información que la comunidad de periodistas facilita tiene que ver con los estados socioculturales, que, en el caso español, describió a partir del desconocimiento, la ignorancia y el menosprecio por parte de una sociedad eurocéntrica y paternalista, potenciada desde el gobierno.
“Només toquem l’Àfrica quan ens toca” (Sólo tocamos África cuando nos toca), afirmó. Puig puso como ejemplo el modo en que se trata las migraciones, cuando, de hecho, el 97% de las migraciones africanas son internas y son pocas las que tienen como destino España o el exterior.
A partir de aquí, el periodista y doctor en antropología social intentó explicar el porqué de este contexto sociocultural. En primer lugar, se precisa de un nuevo tipo de periodismo, que dé un punto de visto más reflexivo. También urge un periodismo más comprometido. Pero todo esto solo se puede conseguir con más financiación, más recursos, y con una voluntad política determinada. Pero, según Oriol Puig, esto no sólo debe ser parte del periodismo sino del conjunto de la población. La audiencia también tiene que ser capaz de reclamar un periodismo de mejor calidad.
A continuación, Oriol Puig criticó el papel colonizador de España: “Per què ens hem oblidat de que érem colonitzadors? Àfrica no està en el nostre imaginari” (¿Por qué nos hemos olvidado de que fuimos colonizadores? África no está en nuestro imaginario). Según Puig, el estado español no tiene en cuenta África cuando, en su momento, España colonizó también parte de ese continente. Pero también habló de la actualidad africana, de la que destacó que los problemas estructurales no están resueltos y que se deben denunciar. En África no sólo se mueren de hambre, existen otros grandes problemas, pero a los medios no les interesa dar a conocer este punto de vista, puntualizó.
Para finalizar, Puig comentó que África debería ser el centro de debate por los otros problemas que existen en este continente, un ejemplo de ello es el problema de la droga en Niger. Y que estando tan cerca de África se deberían construir puentes de contacto con este continente vecino.
Después de la intervención de Puig se expuso un video en el que habían participado diferentes periodistas de África explicando los problemas de su profesión y la situación política de varios países. Los testimonios comentan que las noticias en Occidente no están bien documentadas, que no se informa de todo y defienden que la misión principal del periodismo es “abrir los ojos”.
Información sólo útil para determinados intereses geopolíticos
Al presentar a Gilbert N’Dounga, Alicia Oliver pronunció de forma incorrecta Brazzaville. Gilbert N’Dounga la interrumpió para ayudarla en la pronunciación de Brazzaville y aprovechó el momento para explicar quién fue Brazzaville y el motivo por el cual le tenía tanta admiración. Era un hombre italiano que, al servicio de Francia, consiguió colonizar la aldea de Ntamo, que pasó a llamarse Brazzaville. Gilbert N’Dounga lleva 17 años en España por la guerra que empezó en esta ciudad. N’Dounga también habló sobre la África actual y planteó diversas críticas a los medios de comunicación occidentales.
Su intervención comenzó con la explicación de la gran variedad de medios existentes en África, pues en cada país existe una amplia lista de medios de comunicación. Profundizando sobre el continente, puntualizó que es necesario comprender y entender el contexto histórico en el que se enmarca este continente para entender cómo funciona. Con esta premisa, explicó que las zonas más importantes de África están pobladas por gente de habla inglesa y francesa, y que estas zonas aceptaron la independencia de formas muy diferentes, aunque los países colonizadores siempre intentaron que se siguiera dependiendo de ellos. Como prueba, expuso cómo Francia ha continuado interviniendo en África y, en cambio, Inglaterra, no.
Su crítica hacia los medios occidentales empezó con un dato clave: ni TV3 ni TVE tienen corresponsales en África. Este hecho es muy significativo, porque eso significa que la información que obtenemos procede principalmente de la BBC. Además, para ejemplificar mejor la situación, añadió la metáfora del árbol que cae y no hay nadie para explicarlo. “Cuando son árboles que interesan, sí lo explican”, obviando las demás cosas que suceden en este continente. Gilbert N’Dounga apuntó que siguen existiendo muchas injusticias, pero que a los canales principales no les interesan y solo dan información útil para determinados intereses geopolíticos. No obstante, pese el discurso pesimista y crítico, Gilbert N’Dounga concluyó indicando que las redes sociales pueden cambiar esta forma de actuar, y puso como ejemplo Libia.
La cooperación al desarrollo no es la solución
Edmund Sepa, que lleva en Catalunya 50 años, es decir, desde que empezó la dictadura en Guinea Ecuatorial, se ha dedicado al estudio de este país. Trabajó en la revista “Metro” y su primer artículo se publicó en agosto de 1984.
A partir de una pregunta lanzada por Oliver Puig previamente, “¿Qué hemos hecho mal?”, Edmund Sepa narró diversas anécdotas para demostrar el racismo existente en España, y matizó que Catalunya tampoco se salva de este racismo. “Me llegaban muchas cartas insultantes. En una me decían que no era quién para explicarle nada a los blancos”. Otra de las anécdotas es cuando un niño de 12 años, cuya madre era lectora de mi columna, se enteró de que era negro, “No sabía que era negro”. Su trabajo en la revista Metro acabó a finales de los 90, cuando defendió publicar contenido que no era de interés para la revista. En este punto concluyó que el periodismo es como los negocios, va por intereses. “Si a una revista le interesa cómo escribes, te contratará; cuando no le interese, te despedirá”.
Continuando con la cuestión de qué hemos hecho mal, Edmund Sepa también respondió que la gente no se esfuerza en aceptarlos, en aceptar que puede existir gente negra periodista, o con otras profesiones, y, además, si dices algo que molesta o que no gusta, te quitan del camino. “En la sociedad nosotros no somos bien recibidos y más si escribimos cosas que no son legibles”, dijo Edmund Sepa.
Otro de los temas que tocó Edmund Sepa fue el de la cooperación. Las personas cooperantes van engañadas en el sentido de que esa función no les corresponde a ellos: si existe esta situación en África, se debe a los gobiernos y la función de estos gobiernos es solucionarla. Además, explicó que la cooperación al desarrollo no es la solución, pues los gobiernos tienen un gran peso en los países y el continente tiene muchos retos por delante.
Después de una ronda final de preguntas y de un breve debate, Oliver aprovechó el encuentro para anunciar que el próximo ciclo será en torno a Asia, “Una mica més lluny, però igual d’important” (un poco más lejos, pero igual de importante).
