Un relato histórico-artístico sin precedentes sobre las prácticas de ingesta de imágenes desde el antiguo Egipto hasta el siglo XX

Comer y beber imágenes puede parecer una idea anómala, pero desde la antigüedad, en los mundos europeo y mediterráneo, la gente ha devorado frescos, iconos, grabados, hostias eucarísticas estampadas con imágenes, hostias heráldicas, figuras de mazapán y otros platos esculpidos. Ya sea creados específicamente para el consumo humano o desviados de su propósito original para ser ingeridos, estos artefactos figurativos no solo han sido contemplados, sino también incorporados al cuerpo, como sólidos o líquidos.

¿Cómo podemos explicar este comportamiento? ¿Por qué acoger una imagen en el propio cuerpo, devorándola a riesgo de destruirla, consumiéndola en lugar de contemplarla sabiamente desde la distancia? ¿Qué estructuras de la imaginación subyacen y justifican estos deseos de incorporación? ¿Cuáles son las configuraciones visuales que se ofrecen a la boca y cuáles son sus efectos? ¿Qué funciones terapéuticas, religiosas, simbólicas y sociales podemos atribuir a estas formas de relación con los iconos? Estas son algunas de las preguntas que se plantean en esta investigación sobre la iconofagia.

Iconophages se propone reconstruir, por primera vez, la historia de la iconofagia. Jérémie Koering examina esta faceta inexplorada de la historia de las imágenes a través de un enfoque interdisciplinario que abarca la historia del arte, la historia cultural y material, la antropología, la filosofía y la historia del cuerpo y los sentidos. Analiza la inversión humana, en términos de cultura e imaginación, en juego en esta forma aparentemente paradójica de experimentar las imágenes. Más allá del conocimiento oculto que se descubre aquí, estas páginas sacan a la luz una nueva forma de comprender las imágenes, a la vez que iluminan las relaciones, a veces extravagantes, que mantenemos con ellas.