Las últimas generaciones de tecnologías digitales, el cambio climático y la reciente pandemia han contribuido a dar un giro definitivo a nuestra idea de sociedad. Big data, algoritmos, asistentes virtuales, virus, emisiones de CO2 y crisis climática se han convertido en miembros de nuestra convivencia, como entes capaces de modificar nuestras conductas e influir en nuestras decisiones. Frente a estas transformaciones estamos llamados a repensar la idea de ciudadanía más allá de sus significados históricos, producidos por la tradición humanista occidental.
A principios de este tercer milenio se abrió en los contextos multiculturales y multilingües de los pueblos latinoamericanos la posibilidad de plantearnos una idea de sociedad y ciudadanía que sea capaz de incluir los diferentes pueblos bloqueados por los muros de la polis.