Narrativa mesiánica: animes al rescate de la ficción

 

Comunicación y culturaLibros

Año publicación: 2024
Autor: Maldonado Pizarro, Joel

Hacia 1963, Salvador Dalí anotó en Diario de un genio la siguiente sentencia: “Se nace leyendo visualmente”. Tres años más tarde, durante su famosa charla con François Truffaut, el cineasta Alfred Hitchcock reformularía la frase de Dalí con absoluto desparpajo: “Se nace leyendo audiovisualmente”. Hasta cierto punto estas dos máximas son una boutade, pero como toda boutade esconden en su fondo una gran verdad: nacemos como animales visuales y, a partir de ello, interpretamos el mundo desde las imágenes que nos rodean. De hecho, podría decirse que las imágenes son por sí mismas una droga. Y el ser humano que consume imágenes desde su alumbramiento es, por antonomasia, un adicto a ellas. Durante siglos la imagen (entiéndase esto por lenguaje de íconos o símbolos) ha sido el principal medio de comunicación en diversas civilizaciones. A estas alturas no es nada nuevo decir que la plasmación gráfica del lenguaje visual es bastante anterior a la aparición de la escritura, incluso, del idioma1. Por lo que sabemos, los primeros hombres leían a través de pinturas rupestres, tatuajes en los cuerpos o herramientas con formas esquemáticas. Hasta hoy suena paradójico que inmensas poblaciones analfabetas y culturas ágrafas hayan sabido leer medios iconográficos para entenderse entre sí. 

Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles. Ver aviso legal y política de cookies