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La irrupción del paradigma transmedial está cambiando la galaxia narrativa en estas primeras décadas del siglo XXI, tanto en el ámbito de la creación y la producción cultural como en el académico y teórico. Sin embargo, sigue habiendo mucha confusión al respecto de las narrativas transmediales y del transmedia storytelling, por lo que es necesaria una teorización y crítica más amplia que vaya más allá de la descripción del fenómeno popularizada por Henry Jenkins. ¿Designa el TS un concepto o modo de comunicación y creación o es más bien una estrategia creativa, un modo de marketing, un conjunto de hábitos de consumo? ¿Es una cuestión más dependiente de la dimensión técnico-mediática, o de la propiamente narrativa? ¿Hasta qué punto se trata de un fenómeno «nuevo» o de una tendencia rastreable en la historia de la comunicación cultural? ¿Tal vez lo es todo al mismo tiempo? A pesar de que el propio Jenkins advertía que «no todo tenía por qué convertirse en transmedial», parece que el zeitgeist mediático del siglo XXI ha asumido que las oportunidades de mercado pasan por estos diseños de mundos narrativos transmedialmente expansivos, tan inmersivos como abiertos a la participación de las audiencias.