La tensión entre la protección de la libertad de expresión individual y la prevención de daños a grupos vulnerables está en el centro del debate sobre los límites entre el discurso de odio y la mera libertad de expresión.
Históricamente, la libertad de expresión surgió como piedra angular de las sociedades democráticas durante el período de la Ilustración: se afirmaba que el libre intercambio de ideas, incluso las controvertidas, era esencial para el progreso social y la búsqueda de la verdad. Este principio subyacente quedó consagrado en documentos fundacionales como la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos y el Artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.
El concepto de discurso de odio tiene orígenes más recientes. Tras la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto, la comunidad internacional estuvo de acuerdo y reconoció ampliamente que la retórica nociva podía contribuir a la discriminación y la violencia. Esto llevó a muchas democracias, en particular en Europa, a establecer leyes contra el discurso de odio.
El debate sobre el alcance de la libertad de expresión y lo que constituye un discurso de odio se ha intensificado en los últimos años, impulsado por múltiples factores, entre ellos el creciente predominio de las redes sociales y el auge del populismo de izquierda y derecha. Las plataformas de redes sociales, en particular, han creado oportunidades sin precedentes para la expresión personal. Esto ha dado lugar a nuevas preguntas sobre la moderación de contenidos, la responsabilidad de la plataforma y el papel de la tecnología en la detección de discursos percibidos como odiosos o controvertidos.
Se invita a realizar investigaciones que exploren los conceptos de libertad de expresión, libertad de expresión e incitación al odio, incluidas las zonas grises que existen entre ambos. Se invita a realizar trabajos académicos sobre todas las áreas principales de debate, incluidas, entre otras:
- Factores psicológicos y sociales (por ejemplo, polarización política y cohesión social)
- La cultura de la cancelación y la censura
- Radicalización y violencia
- Enfoques tecnológicos y algorítmicos (por ejemplo, moderación de contenido) para permitir la libertad de expresión y minimizar el discurso de odio
- Categorías de expresión protegida y prohibida
- Marcos legales y regulaciones
- Voces de minorías y justicia social
- Soluciones y formulación de políticas (por ejemplo, educación en alfabetización mediática, ciudadanía digital, autorregulación comunitaria)
- Democracia y representación
- Propiedad de los medios de comunicación y libertad de prensa