Son muchas las instituciones que alertan sobre los peligros de la desinformación y la infodemia en nuestro día a día. Desde la política, hasta la salud, pasando por la exposición de los menores a las pantallas. En la era digital donde los bulos y la posverdad dominan la esfera pública, la alfabetización mediática e informacional (AMI) se convierte en una herramienta indispensable para navegar el mar de información y contenido que nos rodea. En un mundo donde internet lo invade todo se hace necesario empoderar a todos los ciudadanos, independientemente de su edad u orígen, para desenvolverse con criterio y seguridad en el ecosistema digital. La banda ancha móvil, con su penetración del 87% a nivel mundial se consolida como la puerta de entrada a internet para más de 6.800 millones de personas, el 94,9% de los niños entre 10 y 15 años ya navegan por internet, por lo que la educación en el uso responsable de la tecnología se convierte en un imperativo para su seguridad y bienestar (Fundación Telefónica, 2022). Es aquí donde la implementación de estrategias de AMI cobra vital importancia. Dotar a los menores de las habilidades y aptitudes necesarias para un uso sano y constructivo de las herramientas digitales y su contenido es una tarea urgente.
La alfabetización mediática se ha convertido en un aspecto fundamental para promover la participación ciudadana informada. Según Martín-Barbero (2002), la alfabetización mediática significa no sólo la capacidad de leer y escribir, sino también la capacidad de interpretar críticamente los mensajes de los medios y comprender su impacto en la construcción de la realidad social. El desafío de la era digital es que la expansión de las redes sociales y la proliferación de plataformas digitales ha creado un entorno propicio para la difusión de información falsa. En este sentido, Aparici (2019) enfatiza que uno de los principales desafíos para la alfabetización mediática es la necesidad de desarrollar habilidades clave para identificar y combatir la desinformación en línea. En este sentido, la educación juega un papel vital en la promoción de la alfabetización mediática en el mundo. Beuchot y Ortiz (2018) sostienen que la alfabetización mediática debería incluirse en los planes de estudio desde una edad temprana para promover la capacidad de pensar críticamente y analizar los medios. Descriptores
- Prácticas de alfabetización mediática en contextos educativos formales y no formales
- La alfabetización mediática en los planes de formación del profesorado
- El papel de los medios de comunicación en la lucha contra la desinformación
- Tecnología y menores: educomunicación para un uso saludable
- El impacto de la IA en la alfabetización mediática
Preguntas de investigación
- ¿Se están poniendo en marcha desde los diferentes entornos de aprendizaje proyectos de alfabetización mediática?
- ¿La formación que recibe el profesorado en alfabetización mediática se adapta a la realidad mediática de sus estudiantes, más allá de las destrezas digitales?
- ¿Qué tipo de acciones o iniciativas están llevando a cabo los medios de comunicación para luchar contra la desinformación y contribuir a la alfabetización mediática de sus audiencias?
- ¿Cuál es el papel de la educomunicación en la prevención de riesgos asociados con el uso excesivo o inadecuado de la tecnología por parte de los menores, como el ciberacoso, la adicción a los videojuegos o la exposición a contenido inapropiado?
- ¿Cómo pueden las estrategias de enseñanza y aprendizaje de la alfabetización mediática adaptarse y evolucionar para abordar los cambios impulsados por la inteligencia artificial en el ecosistema mediático?
