Por Redacción OCC InCom-UAB
Pararse para reflexionar sobre el oficio del periodismo. Eso es lo que sucedió hace unos días en Barcelona. De manera distendida y complementándose muy bien, los dos autores del libro El viejo periodismo, editado por la Revista 5W, presentaron su obra el pasado 5 de octubre de 2020 en el Centre de Cultura Contemporània de Barcelona. Martín Caparrós, periodista y escritor, y Agus Morales, periodista y director de la Revista 5W, reivindicaron el viejo periodismo, es decir, volver a las raíces, pero sin nostalgia. Además, también admitieron el fracaso del periodismo en la cobertura de la pandemia.
¿Por qué volver al viejo periodismo?
Caparrós empezó su intervención explicando que el título del libro nació por el cansancio de escuchar habitualmente el término “nuevo periodismo”. Para Caparrós, el buen periodismo es el buen viejo periodismo: enterarse de algo, pensarlo y contarlo. Puede haber maneras y técnicas distintas, pero esto es lo que hacen o quieren seguir haciendo los y las periodistas, insistió el autor.
Para Morales, “el viejo periodismo es una vuelta a las raíces del oficio”. Pero Caparrós perfila que “más que una vuelta, es una continuidad”; pues no es que se haya perdido y se haya de volver de forma melancólica o nostálgica, sino que se trata de “seguir haciendo lo bueno”.
Morales también criticó los apellidos que se ponen hoy en día al periodismo: periodismo narrativo, periodismo de datos … y, en este punto, Caparrós interpeló preguntando “¿cómo es el periodismo sin datos?”.
En relación al fact-checking, a Caparrós le molesta la desconfianza que tienen los medios americanos hacia sus redactores. Morales, por su experiencia profesional como corresponsal en la agencia de noticias EFE, explica que tiene muy interiorizada la comprobación de datos y el lenguaje neutro. El periodismo está a la vez en la corta y en la larga distancia, pero “creo que cada vez hay menos espacio para lo que queda en el medio”.
El fracaso de los medios en la cobertura de la pandemia: la dificultad de narrar el no-acontecimiento
Durante la presentación del libro Martín Caparrós analizó cómo se ha relatado la pandemia desde los medios de comunicación, una situación totalmente anómala. Argumentó que “se han relatado los extremos. Pero lo más cotidiano, lo que vivimos todos, es lo más difícil de contar porque en definitiva es un no-acontecimiento”.
Morales coincidió y afirmó que “los medios han fracasado contando lo que está pasando y, sobre todo, las primeras semanas y los primeros meses”. Con el estado de alarma, “el periodismo echa de menos un marco interpretativo” y admite que los “periodistas no teníamos las herramientas para contar una emergencia sanitaria”.
Caparrós añadió que, en general, siempre contamos lo extraordinario: “lo fácil del periodismo es contar lo extraordinario, lo que sale de lo ordinario y produce un acontecimiento que se puede narrar”. Pero Caparrós advirtió de la especificidad de la pandemia. En este caso, aceptando que la pandemia es algo extraordinario, hay que tener en cuenta que nos influye a todos de una manera particular que no siempre es extraordinaria. Según Caparrós, eso extraordinario que ordinariamente contamos no siempre tiene un mismo efecto sobre nosotros y esta es la parte que los periodistas no sabemos contar porque no estamos acostumbrados a explicar lo que nos pasa a todos. “Contamos generalmente lo que les pasa a unos pocos”, dice Caparrós, quien añade: “la especificidad y la diferencia de esta situación es que nos sucede a todos. Es lo único que la hace diferente. Por fin, hay algo que nos sucede a todos por igual. Al principio todos podíamos contagiar a cualquiera, el miedo al otro hizo que habláramos de lo igualitario que era todo esto. Cualquiera puede transmitir el virus a cualquiera”.
¿Quiénes son los periodistas?
Pero, ¿quiénes son los periodistas?, se cuestionó Caparrós a raíz de una pregunta del público. En El viejo periodismo Caparrós escribe: “muchos años de vida me gané la vida haciendo periodismo para poder escribir libros. Ahora parece que me gano la vida escribiendo libros para poder hacer periodismo” y explica que en América Latina la figura del escritor que trabaja en un medio para ganarse la vida es común. Caparrós afirma que “se crió con esta idea y sus primeros jefes fueron escritores argentinos muy reconocidos como Rodolfo Walsh y Juan Gelman”. Ahora es autor de más de 40 libros y escribe en su blog chachara.org, lo que es un gran privilegio para él: “Es un lugar propio donde puedo pensar y publicar lo que quiera, aprender y participar”.
Pero, volviendo a la pregunta, Caparrós indicó: “Yo no sé cómo se define. Yo no estudié periodismo. Soy de una generación donde no había carrera de periodismo. El periodista no era alguien que había hecho una carrera universitaria. Era alguien que empezaba a trabajar de joven como aprendiz en un diario. Y era así como se formaban los periodistas. Para ser periodista se necesita capacidad para leer el mundo y ciertas habilidades técnicas”. Morales sí es periodista con titulación universitaria; otro país, otra generación.
En el turno de preguntas, Caparrós se refirió de nuevo al viejo periodismo en referencia al periodismo de siempre, no en el sentido de aquello que antes se hacía y se ha dejado de hacer. Afirmó que detesta la melancolía. Habló del periodismo como tarea que consiste en averiguarlo, pensarlo y contarlo de la mejor manera posible con herramientas que van cambiando constantemente. Y añadió que “no es lo mismo escribir en primera persona que sobre la misma persona”. Morales puntualizó que “más que ir, ver, contar es mejor estar, sentir y contar”. Además, Morales advirtió que es importante hacer el ejercicio de saber cuándo puedes contar algo y cuándo no interesa hacerlo.
Ilustación DANIEL ROSELL