Reseña del libro "El Cuarto Poder en Red. Por un periodismo (de código) libre", de Víctor Sampedro (Icaria Editorial, Colección Antrazyt, Análisis contemporáneo, Comunicación y nuevas tecnologías). Elaborada por Eloísa Nos Aldás (Dpto. Ciencias de la Comunicación, Universitat Jaume I de Castellón / IUDESP).
"El Cuarto Poder en Red. Por un periodismo (de código) libre" constituye una demostración de periodismo de código libre en sí mismo: enseña, indigna e inspira a partes iguales a través de cinco capítulos preñados de datos incontestables. Desde la primera página, el nuevo trabajo de Víctor Sampedro, Catedrático de Opinión Pública y Comunicación Política en la URJC de Madrid, pone todas las cartas sobre la mesa y muestra la actualidad, la relevancia, el interés y la necesidad de lo que está por venir en los renglones que siguen: una declaración de intenciones, con carácter propositivo, a modo de cuaderno de bitácora de un periodismo que recupere la comunicación como bien común, que actualice y refunde el código mismo de la democracia.
La estructura circular del libro gira en torno al coraje y los objetivos de unos “Personajes” (Julian Assange, Chelsea E. Manning y Edward J. Snowden) retratados y rescatados en toda su complejidad como actores principales del proyecto Wikileaks, ejemplo sobre el que bascula este estudio. ¿Qué ha quedado del fenómeno Wikileaks en la memoria colectiva? ¿De qué ha servido a la sociedad y al periodismo? ¿Qué otros efectos podría haber tenido? ¿Quiénes han influido en que así haya sido? Estas preguntas cruzan muchas de estas cuartillas, en las que el autor apunta a las causas y causantes de que la revolución Wikileaks no haya sido lo que podría haber sido y describe su potencial como prototipo de periodismo postindustrial basado en un Cuarto Poder en red distribuido que actúe como contrapoder.
Una de las respuestas clave señala los dispositivos hegemónicos que domaron la “mordiente crítica” de la iniciativa Wikileaks y cómo estos desarticularon el debate de fondo sobre la prensa y la política que los temas que iba destapando exigían. Para ello, con un estilo narrativo muy explícito que anticipa, estructura, concluye y completa datos constantemente, Víctor Sampedro revela y denuncia los intrincados mecanismos comunicativos puestos en marcha por la actual esfera pública para deslegitimar a los artífices de esta revolución comunicativa y, en consecuencia, invisibilizar las profundas transformaciones que dicho proyecto implicaba por el impacto de sus filtraciones en nuestras vidas. Esta investigación demuestra los procesos puestos en marcha por las instituciones del secreto, del miedo, de la mentira, del recorte de derechos y de libertades, del espionaje como negocio y como control, para desactivar este tipo de acciones de un Cuarto Poder en red.
Desde el primer capítulo (“Sobre héroes, tumbas y la arboleda perdida”), este trabajo reitera la gravedad de haber desperdiciado una ocasión como la que propició Wikileaks, paradigma de otros proyectos de hacktivismo previos o posteriores con bases similares. Analiza Wikileaks como hoja de ruta que el periodismo actual (sobre todo los grandes medios) no ha sabido, o no ha querido, seguir. Pero no solo recrimina el papel jugado por los medios y los poderes económicos y políticos que los gestionan. "El Cuarto Poder en Red" también apunta a los peligros de una ciudadanía “de baja intensidad” que consume marcas y vota siglas (p. 12), que sufre una triple “indigencia” económica, moral y política (p.28). Sus propuestas reivindican la responsabilidad que tienen los públicos de empoderarse como actores políticos, de despojarse de su “incultura política” (p. 58), para así detectar este tipo de oportunidades, porque, aunque creamos que no, “Esto es la guerra… Contra terroristas, delincuentes, espías… contra ti” (capítulo II).
"El Cuarto Poder en Red" recorre la cronología de los acontecimientos en torno a Wikileaks, presenta a todos los actores implicados y profundiza en el proyecto y filosofía de Assange como un periodismo científico, un periodismo hacker: universal, comunitario y desinteresado, accesible para todos, que pueda ser contrastado y replicado en otros contextos. El autor recupera los objetivos de Wikileaks, sus aciertos, sus efectos, sus potencialidades, pero también mira con lupa sus contradicciones estratégicas y sus limitaciones teóricas. Así, reseña lo que sí consiguió Wikileaks (situaciones como la colaboración entre empresas mediáticas rivales), pero critica duramente que quedara en algo puntual y estéril, que los medios masivos no fueran capaces de resetear sus códigos, su corporativismo. Incide en cómo la información filtrada podría haber tenido consecuencias tan importantes como “un régimen de transparencia de facto, que acabaría con las guerras en curso negando las mentiras que las justifican” (p.34).
Por todo ello, denuncia que los medios no estuvieran preparados para modificar su concepción de los públicos como consumidores de información y sustituirla por una nueva que los reconociera como generadores de noticias. El autor incide, pues, en un periodismo mancomunado como trabajo comunicativo colaborativo entre unos periodistas profesionales no corporativistas y los demás actores sociales con poder de incidencia en nuestras estructuras sociales: medios privados y públicos, organizaciones y fundaciones sin ánimo de lucro, centros de investigación y, sobre todo, ciudadanos proactivos en la comunicación y creadores de recursos, como los hacktivistas. Propone periodistas que den visibilidad transmedia a los mensajes de sus comunidades, que los incorporen al debate social de cara a un impacto institucional que les permita reapropiarse de la esfera pública, porque al “informador” [léase periodista profesional] “le pagan por construir esfera pública”, por crear “condiciones y oportunidades de debate, con datos y argumentos” (p.31). En otras palabras, rescata un periodismo de datos y ciudadano, basado en redes de confianza que desarrollen “un código para actualizar y revitalizar la democracia” (p. 241).
A lo largo de este recorrido, Víctor Sampedro hackea los términos y tradiciones del periodismo mal entendido y mira con independencia y compromiso a la situación actual de la profesión. La valentía, la creatividad y la reinvención que subyacen a Wikileaks le llevan a afirmar que “La revolución no será una reposición” (capítulo III), conclusión fruto también del efecto de “buque rompehielos” del modelo comunicativo de Assange (capítulo IV). Lo que deriva en el título de su último capítulo (V): “El periodismo que viene y vuelve a sus orígenes”. Un periodismo que el autor define como “radical”, porque a través del trayecto recorrido en los párrafos anteriores, regresa a sus raíces, da entrada a la ciudadanía (digital) y conecta la información con el debate público gracias a un activismo de datos como estrategia de cambio social. El hacktivismo es a este periodismo lo que las cibermultitudes a la política. Con su enfoque, este manual transforma y transgrede el recelo de muchos y muchas periodistas actuales porque el llamado periodismo ciudadano les usurpe su espacio profesional y lo sustituye por el necesario reconocimiento de los individuos y colectivos más dinámicos como fuentes y engranajes con quienes “componer narraciones sociales que nos reconozcan como actores políticos y comunicativos de pleno derecho” (p.23). Propuestas que, lejos de quitar sentido a la profesión de periodista, la fortalece y la recupera en su sentido originario de servicio a la sociedad, en el que los ciudadanos son colaboradores y no intrusos. Ahí radica precisamente "El Cuarto Poder en Red", en un “contrapoder informativo de una sociedad civil transnacional” (p.188-189).
En conclusión, este trabajo propone y contesta a aquellas preguntas e hipótesis que llevan a “evaluar el periodismo que Wikileaks vino a reinventar” (p.221). Nos encontramos ante una rigurosa sistematización del prototipo de Assange que pone las bases para que la industria y los profesionales se replanteen su papel. "El Cuarto Poder en Red" propone y abre vías concretas de acción por medio de un ejercicio de código abierto y de remezcla profundamente documentado que dialoga con toda la trayectoria investigadora y profesional del autor, incluidos algunas de sus entradas previas en el blog didáctico Própolis, así como con testimonios e historias de vida de hacktivistas y con otros discursos artísticos y periodísticos, entre otras muchas fuentes. Como el propio autor explicita en el apartado final de este libro (significativamente titulado “El que escribe, plagia y agradece”): “reutilizo mensajes y discursos ajenos, reconozco su origen y remito a los archivos completos” (p.120).
"El Cuarto Poder en Red" es un ejercicio de coherencia y convencimiento ciudadano, activista y, sobre todo, profesional; un manual de investigación que convence desde sus primeras líneas por su pasión, sinceridad y clarividencia. Presenta un posicionamiento claro desde los aprendizajes del hacktivismo, la profesión, la práctica, la enseñanza y el aprendizaje de un periodismo que precisa reprogramarse desde un activismo de datos forjado desde y para la noviolencia. Un periodismo de datos activista que ya ha empezado a caminar con autores y profesores como Víctor Sampedro. Este no es un libro para leer una vez. Es una caja de datos, ejemplos y propuestas para estudiarse y aplicarse, un cuaderno de a bordo repleto de temas de máxima actualidad, desde la higiene digital hasta la crisis de la representación política de la sociedad civil y las nuevas formaciones y sus mecanismos, y que a nadie dejará indiferente.