Reseña de Quim Puig, Profesor Titular del Departamento de Comunicació Audiovisual i Publictat I de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universitat Autònoma de Barcelona.
En el ya lejano 1988 Luis Gasca y Román Gubern publicaron una primera versión de El discurso del cómic, obra considerara como referencial. 23 años después los mismos autores publican una nueva versión del texto (1) corregida, aumentada y actualizada. Se impone por tanto valorar ésta y examinarla con la misma perspectiva de una obra novedosa.
Pienso que el calificativo que más se adecúa a Luis Gasca y a Román Gubern, los autores de El discurso del cómic, es el de enciclopedistas y al propio volumen en sí de enciclopedia. Debo añadir que no hay en ello ni hipérbole ni metáfora alguna sino lo que entiendo como una ajustada denominación definitoria respecto a la naturaleza del texto examinado. Veámoslo.
En la introducción de la obra, Gasca y Gubern, comentan que aunque existe afortunadamente una amplia bibliografía académica y de estudio sobre el cómic falta y por ello resulta del todo necesario y pertinente un repertorio enciclopédico y sistemático de muestras lexipictográficas extraídas de este medio. Dicho repertorio va a ser el volumen que ahora comentamos. Pero hay más, los mismos autores definen y califican así a su obra: se trata de una compilación, debidamente clasificada y sistematizada, de los grandes repertorios de sus principales convenciones semióticas, ejemplificadas con la reproducción de cerca de dos mil viñetas de cómics desde finales del siglo XIX hasta el presente. Por tanto la denominación de enciclopedia no es una invención de éste comentarista sino que es la forma en que Gasca y Gubern definen a la misma.
El lector crítico puede pensar que hay en todo esto una cierta tautología: el volumen es una enciclopedia porque los autores dicen que lo es y el comentarista simplemente corrobora su afirmación. Y ese mismo lector crítico puede pensar que hace falta algo más ya que para calificar una obra de enciclopedia debe la misma cumplir unas determinadas características. Estas serían:
a) ser un resumen del saber de un área específica del conocimiento o de la creación desde el origen de la disciplina hasta nuestros días. El discurso del cómic abarca desde los orígenes del cómic hasta la actualidad y ofrece una panorámica de las posibilidades y recursos que el mismo se ha dotado o ha tomado prestado de otros ámbitos a través de su evolución histórica. Es una obra exhaustiva y rigurosa.
b) ser un compendio científico lo que implica clasificar el conjunto de obras, trabajos, teorías o recursos existentes. Efectivamente, El discurso del cómic está concebido con voluntad sistemática y ordenada y presenta al lector un área de conocimiento que reúne y agrupa todo un saber. A esto hay que añadir un matiz que ya viene dado por el título: la propia obra está dentro del paraguas conceptual de la semiótica
c) ser una reflexión sobre aquel conocimiento que se ha clasificado y analizado. El discurso del cómic lo es ya que valora tanto su riqueza expresiva como su lenguaje y sus mecanismos de creación.
Así pues, no hay tal tautología que podría temer el lector crítico ya que la obra que comento cumple con las características objetivas y demostrables que corresponderían a su denominación y naturaleza. Y por tanto queda demostrada la pertenencia de su denominación.
A todo esto cabe añadir unas breves palabras sobre los autores a los que he denominado como enciclopedistas. Por supuesto Gasca y Gubern tienen su propio currículum y son suficientemente conocidos en el ámbito de la cultura audiovisual pero aquí debemos constreñirnos al mundo del cómic, a su faceta de colaboración conjunta y al hecho de que ambos sean estudiosos y teóricos. Ya hemos indicado la existencia de una primera versión de El discurso del cómic en 1988.Con posterioridad y en 2008 los dos autores publicaron el Diccionario de onomatopeyas del cómic y han seguido, a continuación, con esta reedición ampliada y revisada de El discurso del cómic. Resulta evidente que los autores han seguido una determinada trayectoria, se han especializado en el seguimiento del tema, lo han estudiado en profundidad y ahora nos aportan y transmiten su saber. Son, claramente, enciclopedistas ya que divulgan el conocimiento y lo hacen a través de una escritura elegante e informativa, didáctica y erudita.
Características de la edición del 2011
Soy de la opinión que a la hora de valorar una obra de las características de El discurso del cómic hay que considerar la importancia de los aspectos formales junto con los de su contenido. Comencemos pues por los primeros. El lector se va a encontrar con un volumen acartonado de 20 x 25cm y 540 páginas. Hay dos aspectos del mismo que me parecen especialmente cuidados: la calidad de la impresión y la reproducción de las viñetas y lo práctico de su manejo. La citada calidad resulta importante toda vez que estamos hablando de cómics. Aporta además visibilidad, comprensión y constatación de la oportunidad de la selección de las viñetas citadas a la hora de ser ejemplos para ilustrar conceptos. En este sentido se ofrece al lector una importante documentación gráfica que mezcla estilos, épocas y géneros, todo ello en blanco y negro.
En cuanto a la calificación del volumen como práctico recuérdese que estamos hablando de una enciclopedia que, por su propia naturaleza, está destinada a un uso de consulta habitual, lo cual debe favorecer su manipulación y su legibilidad. Cierto que el volumen es abundante en páginas, como hemos indicado, pero en ningún momento el usuario tendrá la impresión de estar manipulado el típico “libro-ladrillo” sino por el contrario un volumen que no es excesivamente pesado ni es un lastre a la hora de su manipulación, que no tiene problemas para ser abierto con frecuencia y poder observar con detalle sus viñetas.
Finalmente cabe decir que en términos de goce estético el placer está asegurado ya que da la impresión de estar leyendo una edición para coleccionistas, cosa que puede satisfacer tanto al aficionado como al estudioso. La sensación final es la de tener un volumen limpio y ordenado en el que el placer del diseño se da la mano con la profundidad analítica del texto
Vayamos ahora al contenido del mismo. Nos encontramos obviamente con una clara puesta al día del texto original dado el tiempo transcurrido desde su publicación inicial. En este sentido se han incorporado referencias de este nuevo periodo y se ha procedido a una reescritura y ampliación en algunos textos.
Gasca y Gubern, como hemos visto, han calificado al cómic como comunicación de masas de naturaleza lexicopictográfica. Por ello no nos debe extrañar que ellos mismos dividan la obra en tres grandes apartados: la iconografía, la expresión literaria y las técnicas narrativas. Ahora bien, esta clasificación a veces puede implicar problemas ya que como avisan los autores los cómics muestran a la vez que narran (…) lo que en no pocos casos crean solapamientos entre las atribuciones a códigos iconográficos y códigos diegéticos pero ello también implica que estos entrecuzamientos y conexiones corroboran la rica complejidad del sistema semiótico del cómic.
De acuerdo con la clasificación que los autores sistematizan el lector puede encontrar en cada uno de los citados apartados los siguientes ítems:
1. Iconografía: incluye encuadres, perspectivas ópticas, estereotipos, gestuario, situaciones arquetípicas, símbolos cinéticos, descomposición y plasmación del movimiento, distorsión de la realidad visible, metáforas visuales e ideogramas
2. Expresión literaria: incluye cartuchos, globos, rotulación, soliloquio, idiomas exóticos, palabrotas y enfados, voz en off, letreros y onomatopeyas
3. Técnicas narrativas: incluye montaje, paso del tiempo, acciones paralelas, flash-back, zoom, visión y punto de vista, guiño al lector.
Como se ve el contenido de la obra responde claramente a las expectativas que despierta un título como El discurso del cómic, explicar su naturaleza, sus rasgos constitutivos y sus recursos y formas. Y por ello nos encontramos ante un libro que sigue conservando su característica de referencial. Cualquier lector interesado en el medio debería leerlo independientemente del tipo específico de cómics que le interesen ya que su lectura ampliará la visión de su mundo. Pero también es lectura obligada para cualquier estudioso de la semiótica, la cultura de masas o el pensamiento ilustrado. Esta amplitud de públicos no deja de ser un reflejo de la misma naturaleza enciclopédica del texto.
(1) Luis Gasca y Román Gubern (2011): El discurso del cómic, Ed. Cátedra, col. Signo e imagen nº139, Madrid 540 páginas