Kim Manresa: “Nuestra sociedad ha retrocedido tanto en los derechos de los niños, como en los de la mujer y en los laborales”

 

Destacados

Autora: Marta Civil (InCom-UAB)

Kim Manresa (Barcelona, 1961) decidió dedicarse al fotoperiodismo, porque de pequeño quería hacer la vuelta al mundo, un sueño que le ha llevado a 160 países. Su formación autodidacta le ha ayudado a acercarse a realidades que muchas veces pueden parecer inalcanzables. Después de trabajar en el estudio Colita, en el Tele/eXpres y en agencias internacionales, entró en La Vanguardia en el año 1985.

Hoy nos ha recibido en la exposición “Creadores de consciencia. 40 fotoperiodistas comprometidos”. Esta exposición, producida por la compañía de seguros DKV, con el apoyo de la Generalitat de Catalunya, se puede visitar en el Palau Robert de Barcelona, del 7 de septiembre de 2018 al 10 de febrero de 2019. Con él hemos hablado de la dificultad de ejercer el fotoperiodismo y qué ha supuesto la irrupción de internet para los medios de comunicación, mientras sigue reivindicando la educación y la defensa de los derechos humanos en países en vías de desarrollo, pero también en Cataluña y en España, donde queda todavía mucho camino por hacer.

“Creadores de consciencia” nos acerca al trabajo de persones que a menudo arriesgan su vida. ¿Cómo valora el fotoperiodismo que se está haciendo en Cataluña y en España?

Me atrevería a decir que Cataluña y España se encuentran en el top ten del fotoperiodismo mundial. Nunca ha habido una generación tan buena como ahora, pero también es verdad que nunca ha habido tanta precariedad laboral como ahora. Hay una crisis de valores y también en relación hacia donde va la información y qué información queremos. Hasta que no sepamos qué camino queremos, estamos en un terreno de arenas movedizas.

¿Cómo cree que tendrá que ser el periodismo y la prensa diaria, en un futuro?

El fotógrafo tal como lo conocíamos, cuando llega a un lugar a cubrir un tema de última hora, como puede ser un incendio, ya hace rato (horas) que la imagen está en las redes. La misión del fotoperiodismo es profundizar en todo esto. Si nos centramos en el caso del Procés catalán, todo el mundo habla de lo mismo, pero nadie pone atención en otros focos de interés como puede ser la Val d’Aran o Tabarnia. Todo el mundo cubre fotográficamente las grandes manifestaciones. Pero un buen reportaje plural, sobre el Procés, no existe, nadie lo ha hecho.

¿Cree que desaparecerá la prensa en papel?

Yo creo que tienen que convivir la ‘prensa digital’ (que sería en realidad la ‘prensa instantánea’), con la ‘prensa en papel’. En este segundo caso, yo creo que la prensa en papel no tendría que desaparecer nunca, y se tendría que reservar para los temas en profundidad. En síntesis: la prensa digital, para los temas de inmediatez, para el ‘clic’, para aquellas noticias que en 3 minutos o en 3 horas ya pueden haber casi caducado; y dejaría para el papel los reportajes en profundidad, con equipos de periodista y fotógrafo, que nos aportan una mirada profunda y plural de la realidad, que hay que leer con calma, con el periódico abierto encima de la mesa, captando todas las dimensiones del que nos está transmitiendo el reportaje. Y entonces, efectivamente, la gente pagaría 2 euros para leer estos reportajes en profundidad que los autores han realizado dedicándole tiempo, porque estos contenidos no se pueden hacer nunca con prisa, piden tiempo de elaboración.

La exposición “Creadores de consciencia” será itinerante por España y los beneficios de la venta del libro se destinarán a Reporteros sin Fronteras. ¿Cuál es la tarea más difícil que tiene hoy esta ONG internacional?

Su papel hoy es crucial, pero puede hacer poco, como muchas ONG. Hay más periodistas asesinados que nunca y también más periodistas prisioneros que nunca. Hay que tener en cuenta, sin embargo, que muchas veces detrás de estos asesinatos o encarcelamientos hay gobiernos. Creo que hoy la sociedad es más intransigente que antes.

¿Cómo puede afrontar hoy la sociedad en fenómeno de las fake news, tanto en relación con las noticies falsas o como las noticias no completamente verídicas?

Controlar el fenómeno es muy difícil. Se tiene que educar la gente para que tenga la capacidad de seleccionar qué es verdad y qué es mentira. Esto tendría que ser una enseñanza obligatoria en las escuelas, porque las nuevas generaciones vivirán toda la vida en este entorno digital.

¿Qué se puede hacer al respecto?

Se tendría que replantear el sistema educativo: algunas asignaturas pueden seguir siendo válidas y otras, en cambio, han quedado caducadas. Más que nunca se necesita una prensa seria y buenos profesionales con credibilidad y responsabilidad. Sobre todo, profesionales responsables. La credibilidad que se ha perdido se tiene que poder recuperar. La prensa seria ha jugado un poco con el sensacionalismo que ha engullido a todo el mundo y hace falta recuperar esta credibilidad, que sólo se podrá recuperar con profesionales responsables.

El mes de octubre recibió el premio Gollut, en el marco del festival que se celebra en Ribes de Freser. ¿Qué son los golluts y cómo ve los derechos humanos hoy día?

El Premio Gollut es un premio local que se concede durante la semana del Festival de cine de derechos humanos y que me han premiado este año por mi trayectoria profesional de 45 años (empecé muy joven, a los 13 años, eh!). Lleva el nombre de una comunidad que vivió en el Valle de Ribes y que sus miembros fueron discriminados, hasta que desaparecieron a mediado del siglo pasado. Los golluts tenían una enfermedad, denominada bocio, que podía provocar malformaciones en el cuerpo y que fueron discriminados por eso, por tener una enfermedad, por ser distintos al resto de la sociedad.

Hoy pediríamos públicamente que se les respetara…
Hoy hay muchas ONG que luchan a favor de los derechos humanos, pero los derechos humanos hoy están más castigados que nunca. Nuestra sociedad ha retrocedido tanto en los derechos de los niños, como en los de la mujer y en los laborales.

¿Cómo se podrían recuperar estos derechos?

Lo que denominamos ‘sociedad del bienestar’ permitió avanzar mucho durante los años ochenta y noventa del siglo xx, pero la crisis económica global ha comportado una crisis de respeto, de valores. Eso sólo se podrá recuperar si repensamos la educación que queremos y, en consecuencia, el sistema político, social y económico que nos rodea.

Su proyecto “Escuelas de otros mundos” es una exposición creada en 2006, itinerante, gracias al apoyo de la Diputación de Barcelona. ¿Sigue teniendo vigencia hoy?
Nunca en Cataluña se había visto una misma exposición en 120 poblaciones, y a lo largo de los 12 años la han visitado miles de niños y niñas. A través de mis fotografías y textos originales que pedí a 80 escritores, la exposición permite reflexionar sobre la educación en el mundo.

¿Cómo podría mejorar la educación?
Creo que la sociedad en la que vivimos es una pirámide y ésta se ha desmontado. Y para construir una pirámide siempre se tienen que empezar desde abajo. Cuando digo desde abajo me refiero al modelo de sociedad que queremos, qué educación tenemos que dar a nuestros hijos para que la sociedad avance. Y yo también creo que estamos en una sociedad democrática donde todo el mundo puede ser presidente o político, pero los que quieran serlo tendrían que tener un mínimo de cultura y educación. Porque son personas que acaban saliendo cada día en los medios y nuestros niños y niñas los ven y se reflejan en ellos. Por lo tanto, son los primeros que tienen que dar ejemplo en ética y compromiso social. Y, después, ya les pediremos también a los empresarios.

Con el libro Historias de África, en preparación, quiere ofrecer una mirada positiva de este continente, más allá de las guerras y el hambre. ¿Qué percepción quiere cambiar?

África no es pobre, es un continente muy rico. Ya nos gustaría en Cataluña o España tener los recursos naturales que tiene Zaire, Congo, Sudáfrica,… Lo que pasa es que estos recursos están explotados por multinacionales sin escrúpulos. Además, la ayuda de Europa a estos países se queda por el camino. Senegal y Marruecos son dos de los países que reciben más dinero europeo por el control de pateras. Con este dinero se podrían construir fábricas en Senegal, para acoger a todos los inmigrantes que huyen. En Marruecos, su rey es una de las persones más ricas del mundo. Si todas estas ayudas llegaran realmente a la población, cambiaría la situación. Otro ejemplo lo encontramos en África Negra, en Guinea Ecuatorial, un territorio como Galicia y uno de los principales productores de petróleo. ¿Cómo puede ser que con estos recursos esté en la miseria? Su presidente tiene inmuebles en las grandes capitales económicas, con consentimiento indirecto de los países occidentales. Esto tendría que cambiar, sin duda.

Con el periodista Xavi Ayén han expuesto el trabajo sobre los Premios Nobel de Literatura en Estocolmo (“Literary Rebellion”, Nobel Museum), en Barcelona (“Paseos de Nobel”, CaixaForum) y ahora también en Lisboa (“Silencio e Memoria”, Torreão Ponte, Museu de Lisboa). ¿Cuál de los 23 Premios Nobel que ha conocido le ha impresionado más?

Después de Estocolmo y Barcelona, ahora la exposición se puede visitar en Lisboa. Es un trabajo abierto, que se inaugurará en varias ciudades europeas. Es un trabajo que muestra la parte más humana de estos creadores. Algunos me han impresionado mucho con su compromiso con los derechos humanos, sobre todo José Saramago, Kenzaburo Oé, Nadine Gordimer, Wole Soyinka o Toni Morrison.

Volviendo a la exposición colectiva que se puede visitar en el Palau Robert, cada uno de los 40 fotoperiodistas muestran tres de las imágenes más representativas de su obra. ¿Nos podría explicar por qué le han seleccionado estas tres imágenes suyas?

Me han seleccionado tres fotografías de tres temáticas distintas, de tres continentes. Hay una fotografía de África sobre un problema que hoy en día ha aumentado con respecto al momento que yo hice el reportaje ahora hace 20 años, sobre la mutilación genital femenina. El segundo tema es una cosa muy grave, aberrante, y que tendría que ser muy castigada: la prostitución infantil forzosa en grandes ciudades turísticas en países en vías de desarrollo, en este caso en Brasil, donde turistas sin escrúpulos se aprovechan de esta situación y tendrían que ser condenados, sin miramientos. La tercera fotografía corresponde a un tema más próximo y que nos afecta muchísimo: la prostitución y el tráfico de mujeres aquí, en este caso en Barcelona. En concreto, esta tercera fotografía es sobre los travestíes que trabajan en las aceras al lado del Camp Nou.

Usted ha sido autodidacta. Ahora los estudios de Fotografía son universitarios, oficiales. ¿Qué recomendaría a una persona que se quiere dedicar al fotoperiodismo hoy?

El fotógrafo clásico ha desaparecido y ahora cada ciudadano puede ser un fotógrafo casual. Para mí, el fotógrafo tiene el compromiso de explicar historias, por qué ha pasado y cómo puede ser que haya pasado. Pienso que la prensa escrita tiene que seguir existiendo y ha de fomentar que el periodista y el fotógrafo elaboren reportajes en profundidad, en equipo, que nos ayuden a entender fragmentos del mundo en el que vivimos. Para mi lo más importante siempre será su mirada, y no la cámara o el móvil con el que habrá podido realizar su trabajo.

Enlaces de interés:

Civil i Serra, Marta; Manresa, Kim (2005): “El valor del fotoperiodisme compromès en un món globalitzat. Mostra de catorze reportatges de denúncia publicats al Magazine (1997-2005)”. Treballs de Comunicació [Societat Catalana de Comunicació], núm. 20, pág. 151–174, diciembre.
https://ddd.uab.cat/record/191281

Vistas:

108
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles. Ver aviso legal y política de cookies