[:es]La cultura digital de la niñez[:]

 

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La cultura digital de la niñez desde el enfoque pedagógico Reggio Emilia

Susana del Pilar Flores Sandoval

Creo que debería jugar menos minecraft, porque el otro día que fuimos al rancho y no podía jugarlo, vi un atardecer lindísimo y me dije: voy a volar para verlo más de cerca… Y de repente, me di cuenta que eso solo lo puedo hacer en el mundo de minecraft».

Sofi, 11 años.

«Yo puedo crear mundos en Minecraft, mundos interminables y a mi gusto. Pero no puedo vivirlos. Eso solo me ha ayudado para darme cuenta de mi espacio en la vida real y darme cuenta que yo puedo también construirme un mundo aquí, pero con cosas que puedo mover y tocar con todas mis fuerzas».

Paulo, 10 años.

«Me gusta entrar a TikTok porque ahí puedo hacer más que solo ver. Yo puedo crear y compartir. Mis papás dicen que hay que tener cuidado con el internet, porque todo es fantasía, pero yo siento que ahí puedo hacer y decir muchas cosas que sí pienso, pero que no puedo hacer en otra parte».

Maura, 14 años.

«Ya me cansé, ya no quiero entrar a mi escuela en línea. Aunque no haga nada. Prefiero ayudarle a mi mamá con las cosas de la casa. Ya aprendí a hacer galletas y me gusta lavar los trastes de la cocina. La escuela nunca me ha gustado, pero ahora menos y menos. No extraño la escuela, ni levantarme temprano, ni a mis maestros. Yo creo que ya estamos en otro mundo. Que la escuela se acabe».

Emiliano, nueve años.

«A mi hermanito le gusta usar el teléfono de mi mamá. Él tiene tres años, pero ya sabe usarlo, casi desde que nació. Ve videos muchas veces, y repite todo lo que ve. Yo creo que sabe usar el teléfono más que yo. No tenemos computadora. Yo no sé usarla. Sí me gustaría tener una».

Luna, 8 años.

Recupero estos comentarios de la voz de niños y niñas mexicanos, estudiantes de escuelas públicas en Jalisco, que espontáneamente han compartido su sentir a través de las reuniones digitales para la promoción de actividades artísticas en su escuela, en las que yo participo. Estos comentarios dieron pie a las reflexiones que aquí escribo.

La innovación pedagógica de Reggio Emilia

Uno de los enfoques educativos más innovadores del mundo —inicialmente para la niñez temprana y ahora extendido a todos los niveles de educación básica y media— toma su nombre de la ciudad italiana Reggio Emilia, epicentro de su desarrollo. Se trata de una pedagogía que surge tras la segunda guerra mundial, pero toma fuerza en los años sesenta del siglo XX. Fue en los noventa cuando esta filosofía pedagógica consolidó su influencia en las prácticas educativas de Italia, México y el mundo. Se convirtió en referencia hasta mediados de la primera década del siglo XXI. Permanece vigente gracias a los constantes hallazgos que reportan sus docentes, investigadores en la práctica cotidiana del aula.

Se trata, pues, de un enfoque innovador: al no ser un método o metodología pedagógica, su operación es flexible y se contemporaniza constantemente; además, es la filosofía pedagógica más joven en cuanto a paradigma educativo se refiere.

En el enfoque Reggio Emilia los espacios pedagógicos son laboratorios de investigación y es en las escuelas donde se realizan los mayores aportes al conocimiento de la cultura de la niñez contemporánea; se hace teoría pedagógica desde la cotidianidad del trabajo educativo.

Este rasgo innovador ha permitido que la escuela valore en toda su dimensión los múltiples lenguajes con que expresa la niñez su descubrimiento del mundo y las experiencias de conocimiento que, en su momento, se consolidarán en aprendizajes.

Unos de estos lenguajes, valiosos en nuestros días, son los lenguajes digitales, que en algunas tendencias pedagógicas son altamente criticados, pero que en la pedagogía Reggio Emilia se respeta, impulsa y facilita como uno más de los medios de expresión de la niñez contemporánea.

En el enfoque Reggio Emilia se reconoce que la inteligencia se construye usándola y pone al alcance de la niñez experiencias analógicas, virtuales y digitales, trascendiendo el constructivismo para dar paso al construccionismo. Es decir: trascender el paradigma del conocimiento que se construye (constructivismo), para darle un lugar a la construcción de conocimiento contextualizado en relación con los otros y con una significación determinada (construccionismo). La mathética —la experiencia de aprendizaje— sobre la enseñanza.

Seguir leyendo: AMIDI[:ca]

La cultura digital de la niñez desde el enfoque pedagógico Reggio Emilia

Susana del Pilar Flores Sandoval

Creo que debería jugar menos minecraft, porque el otro día que fuimos al rancho y no podía jugarlo, vi un atardecer lindísimo y me dije: voy a volar para verlo más de cerca… Y de repente, me di cuenta que eso solo lo puedo hacer en el mundo de minecraft».

Sofi, 11 años.

«Yo puedo crear mundos en Minecraft, mundos interminables y a mi gusto. Pero no puedo vivirlos. Eso solo me ha ayudado para darme cuenta de mi espacio en la vida real y darme cuenta que yo puedo también construirme un mundo aquí, pero con cosas que puedo mover y tocar con todas mis fuerzas».

Paulo, 10 años.

«Me gusta entrar a TikTok porque ahí puedo hacer más que solo ver. Yo puedo crear y compartir. Mis papás dicen que hay que tener cuidado con el internet, porque todo es fantasía, pero yo siento que ahí puedo hacer y decir muchas cosas que sí pienso, pero que no puedo hacer en otra parte».

Maura, 14 años.

«Ya me cansé, ya no quiero entrar a mi escuela en línea. Aunque no haga nada. Prefiero ayudarle a mi mamá con las cosas de la casa. Ya aprendí a hacer galletas y me gusta lavar los trastes de la cocina. La escuela nunca me ha gustado, pero ahora menos y menos. No extraño la escuela, ni levantarme temprano, ni a mis maestros. Yo creo que ya estamos en otro mundo. Que la escuela se acabe».

Emiliano, nueve años.

«A mi hermanito le gusta usar el teléfono de mi mamá. Él tiene tres años, pero ya sabe usarlo, casi desde que nació. Ve videos muchas veces, y repite todo lo que ve. Yo creo que sabe usar el teléfono más que yo. No tenemos computadora. Yo no sé usarla. Sí me gustaría tener una».

Luna, 8 años.

Recupero estos comentarios de la voz de niños y niñas mexicanos, estudiantes de escuelas públicas en Jalisco, que espontáneamente han compartido su sentir a través de las reuniones digitales para la promoción de actividades artísticas en su escuela, en las que yo participo. Estos comentarios dieron pie a las reflexiones que aquí escribo.

La innovación pedagógica de Reggio Emilia

Uno de los enfoques educativos más innovadores del mundo —inicialmente para la niñez temprana y ahora extendido a todos los niveles de educación básica y media— toma su nombre de la ciudad italiana Reggio Emilia, epicentro de su desarrollo. Se trata de una pedagogía que surge tras la segunda guerra mundial, pero toma fuerza en los años sesenta del siglo XX. Fue en los noventa cuando esta filosofía pedagógica consolidó su influencia en las prácticas educativas de Italia, México y el mundo. Se convirtió en referencia hasta mediados de la primera década del siglo XXI. Permanece vigente gracias a los constantes hallazgos que reportan sus docentes, investigadores en la práctica cotidiana del aula.

Se trata, pues, de un enfoque innovador: al no ser un método o metodología pedagógica, su operación es flexible y se contemporaniza constantemente; además, es la filosofía pedagógica más joven en cuanto a paradigma educativo se refiere.

En el enfoque Reggio Emilia los espacios pedagógicos son laboratorios de investigación y es en las escuelas donde se realizan los mayores aportes al conocimiento de la cultura de la niñez contemporánea; se hace teoría pedagógica desde la cotidianidad del trabajo educativo.

Este rasgo innovador ha permitido que la escuela valore en toda su dimensión los múltiples lenguajes con que expresa la niñez su descubrimiento del mundo y las experiencias de conocimiento que, en su momento, se consolidarán en aprendizajes.

Unos de estos lenguajes, valiosos en nuestros días, son los lenguajes digitales, que en algunas tendencias pedagógicas son altamente criticados, pero que en la pedagogía Reggio Emilia se respeta, impulsa y facilita como uno más de los medios de expresión de la niñez contemporánea.

En el enfoque Reggio Emilia se reconoce que la inteligencia se construye usándola y pone al alcance de la niñez experiencias analógicas, virtuales y digitales, trascendiendo el constructivismo para dar paso al construccionismo. Es decir: trascender el paradigma del conocimiento que se construye (constructivismo), para darle un lugar a la construcción de conocimiento contextualizado en relación con los otros y con una significación determinada (construccionismo). La mathética —la experiencia de aprendizaje— sobre la enseñanza.

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