Antes de las elecciones presidenciales de EE UU en 2020, más de 35.000 usuarios de Facebook e Instagram aceptaron participar en un experimento. Un 27% de ese grupo escogido al azar recibió un pago para desactivar sus cuentas durante seis semanas. El resto iba a desconectarse solo una semana. El objetivo era comprobar qué resultados tenía desaparecer de dos de las principales redes en las semanas más movidas en política cada cuatro años. El resultado es que apenas pasa nada. Excepto en un detalle: el grupo desconectado de Facebook (no de Instagram) tendía a no creer los bulos que circulaban. En cambio, su participación política, sobre todo online, también disminuyó.
El nuevo artículo, publicado hoy en la revista PNAS, es obra de más de 30 académicos de universidades de EE UU e investigadores de Meta. Pertenece al macroestudio cuya publicación empezó el verano pasado en las revistas Science y Nature y que encontró que los conservadores consumen más desinformación en Facebook, entre otros resultados. El proyecto nace de un acuerdo de agosto de 2020 entre Meta y dos profesores, que seleccionaron luego al resto de investigadores.
Uno de los autores del artículo, el profesor de la Universidad de Stanford Matthew Gentzkow, ve sobre todo dos grandes hallazgos en el trabajo: “Primero, dejar de usar Facebook e Instagram en la recta final de las elecciones tuvo poco o ningún efecto en las opiniones políticas, sus opiniones negativas sobre partidos opuestos, o las creencias sobre quejas por fraude electoral. Segundo, dejar de usar Facebook sí afecta el conocimiento y creencias de las personas. Aquellos que dejaron Facebook respondieron peor a tests de noticias, pero también eran menos propensos a creer bulos muy difundidos, lo que sugiere que la plataforma puede ser un canal importante tanto para noticias verdaderas como falsas”, dice.
A pesar de que el resultado no es clarísimo, para Gentzkow sí es bastante sorprendente: “Investigaciones anteriores han demostrado que la exposición a los bulos es a menudo bastante baja para la mayoría de gente, así que realmente me sorprendió ver este efecto lo suficientemente grande para ser marginalmente detectable”, dice.
Un macroestudio sin precedentes
Aparte de formar parte de un macroestudio sin precedentes con datos internos de Meta, el trabajo también es el mayor hecho hasta ahora sobre desactivación de redes. La muestra es diez veces mayor que los trabajos anteriores, según el artículo. Sus autores, sin embargo, admiten que el trabajo tiene limitaciones a la hora de medir el impacto real de una red como Facebook en las democracias. “Este estudio tiene el mismo problema que los anteriores”, dice David García, profesor de la Universidad de Constanza (Alemania) y que comentó los artículos de verano de 2023 en Nature. “Solo es capaz de experimentar con individuos que están dentro de una sociedad donde mucha otra gente sigue usando Facebook e Instagram normalmente. Cuando hablamos del efecto de Facebook, pensamos en como sería la sociedad sin Facebook respecto a con Facebook, no cómo son las personas que no usan la red respecto a las que sí lo usan”, explica García.
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