LOS DISCURSOS DEL MÉTODO

 

Selección

Una buena parte de las conversaciones académicas de los últimos años han girado alrededor de los nuevos métodos computacionales. El Big Data, los algoritmos y el análisis cuantitativo de las redes se ha posicionado al centro del interés de la comunidad científica, no solo en el ámbito de los medios y la comunicación. Hace mucho que no hablamos de temas metodológicos en este blog (ver la lista de entradas al final de la página). Este post, que comienza en Brasil, cruzará el Atlántico, el calendario y las disciplinas varias veces, hilvanando situaciones, lecturas y reflexiones alrededor de un mismo tema: la emergencia de los métodos computacionales y las tensiones que ha generado su aplicación en las disciplinas que investigan los medios y la comunicación

C. A. Scolari

En agosto de 2006 me encontraba en la Universidade Federal da Bahía invitado por Marcos Palacios. Tiempos  lejanos, cuando todavía utilizaba Power Point para hacer mis presentaciones y encontrar un libro sobre metodología de la investigación en castellano era casi una misión imposible. Recorriendo un centro comercial en Salvador de Bahía visité una librería y me sorprendió encontrar al menos un metro y medio de libros sobre metodología de la investigación en comunicación (obviamente en portugués). Lo repito: me encontraba en la librería de un centro comercial, no en la clásica librería universitaria dentro del campus, junto a la cafetería y a pocos metros de una fotocopiadora que vomitaba libros pirateados.

La imaginación metodológica (2021)

Salto espacio-temporal a México. El año pasado Tintable -la pequeña gran editorial dirigida por Jerónimo Repoll y Leonel Sagahón– publicó La imaginación metodológica, un volumen colectivo a cargo de Dorismilda Florez-Márquez y Rodrigo González Reyes donde confluyen varios colegas mexicanos que están explorando nuevos métodos de investigación en el mundo de la comunicación. Un rápido repaso al índice nos sirve como guía para identificar los territorios que aborda este volumen, que van desde la minería de datos y el análisis de redes sociales  hasta las nuevas etnografías digitales.

Las tensiones entre lo cuantitativo y lo cualitativo, entre lo macro y lo micro, atraviesan el libro. Como escribe Raúl Trejo Delarbre en el prólogo:

El dilema entre la creación de una muestra representativa y el examen etnográfico de circunstancias concretas remite a la eterna paradoja entre el bosque y los árboles que ha abrumado a generaciones enteras de científicos sociales. En los estudios digitales se ha comprobado que esa disyuntiva es innecesaria. Se puede trabajar con grandes masas de datos para identificar tendencias, mostrar inlcuso de manera gráfica el desempeño de un hashtag o la propalación de un contenido y, luego, ir a casos específicos para rescatar la experiencia de personas con apreciaciones, biografías y formas específicas de aprovechamiento, consumo o socialización de o digital.

La imaginación metodológica es una excelente introducción a los nuevos métodos y desafíos epistemológicos que atraviesan las ciencias sociales y, en particular, las disciplinas encargadas de estudiar los medios y la comunicación. Si, como escriben Florez-Márquezy González Reyes en la Introducción, se percibe «una ausencia de discusión y producción de conocimiento sobre metodologías en Latinoamérica y, más específicamente en México», ahora ese vacío comienza a ser completado con los aportes de este volumen colectivo.

Un aspecto fundamental del libro que vale la pena resaltar es el siguiente: la reivindicación de la dimensión creativa y ética de la investigación. Siempre en la Introducción, leemos: «todos los objetos requieren, en mayor o menor medida, de creatividad metodológica y reflexiones éticas para su abordaje». Si bien solo se limita a la investigación que se realiza en México -una futura edición podría ampliar el espectro a todo el continente-, La imaginación metodológica constituye un mapa muy afinado de lo que está pasando en el frente metodológico y nos sirve para ir entrando en tema.

Twitter (enero 2022)

Comencé el 2022 con una efímera polémica en Twitter. El objetivo de mi tuit no era tanto criticar a los nuevos estudios cuantitativos inspirados en el Big Data sino, sobre todo, llamar la atención sobre la capacidad que tienen ciertas disciplinas y campos de saber para dar grandes saltos en pocos años. En el ámbito específico de la comunicación, la disciplina estuvo buena parte del siglo XX ocupada en discernir los «efectos de los medios» con los (no)resultados que ya conocemos; ya en tiempos más recientes, los estudios sobre la «filter bubble» y las «echo chambers» suelen arrojar resultados contradictorios y todavía no terminamos de saber bien qué está pasando con las redes sociales, la conformación de esferas informativas hiperpersonalizadas y otros fenómenos colaterales como la polarización ideológica. En breve: si en solo 25 años la astronomía logro poner a foco y elaborar una imagen de alta definición de un (no)planeta en las fronteras del sistema solar, aquí estamos todavía tratando de interpretar una foto pixelada, movida y desenfocada de la sociedad y los medios.

Varios colegas apuntaron en Twitter que se trata de dos ámbitos que no se pueden comparar, que los métodos son diferentes, que la «sociedad es compleja», etc. pero lo cierto es que, mientras los astrónomos se jactan de avanzar a pasos agigantados en el conocimiento de sus objetos de estudio, las investigaciones sobre los medios siguen a menudo navegando en aguas turbias y poco claras (ver mi post «Communication Theory: 25 años no es nada«).

Las limitaciones, conviene recordarlo, son teóricas pero también metodológicas.

Hipermétodos (2022)

Otro libro mexicano. En este caso, Hipermétodos. Repertorios de la investigación social en entornos digitales de César Augusto Rodríguez Cano (UAM Cuajimalpa). Este volumen (descarga gratuita aquí) puede ser considerado el complemento ideal de La imaginación metodológica. En este caso el autor (que también participa en el volumen colectivo de Tintable) propone lo que podríamos definir como un «atlas internacional de los nuevos métodos digitales» en el ámbito de las ciencias sociales y las humanidades. El libro de Rodríguez Cano es ambicioso ya que con espíritu enciclopédico pasa revista a decenas de autores, textos y experiencias de investigación que van desde la etnografía digital de Sarah Pink hasta la analítica cultural de Lev Manovich, la tecnopolítica de Javier Toret y los métodos digitales de Richard Rogers, por nombrar solo a un puñado de referentes. El concepto de hipermétodo que da título al volumen sirve como paraguas para contener a prácticas tan heterogéneas en su aplicación como variadas en su desarrollo y alcance:

Los hipermétodos son dispositivos culturales anclados históricamente, proyectando un tipo de ciencia tomada por asalto por tecnologías digitales y hábitats informacionales, envueltos en asociaciones y estigmas, imaginarios e incertidumbre, contingencias y horas frente a la pantalla.

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Imagen de Arek Socha en Pixabay

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