Las minorías sexuales en el cine documental argentino reciente

Un artículo de Pablo Lanza (2019), en Fonseca, Journal of Comunication

El cine argentino consignó a un lugar marginal la representación de las sexualidades disidentes durante gran parte de su historia. A partir de los primeros años del siglo XXI, estas historias comenzaron a tomar protagonismo en múltiples films, especialmente en el campo documental. Dicho cambio tomó lugar en paralelo a las luchas por los derechos civiles emprendidos por múltiples colectivos y asociaciones, iniciadas con las Marchas del orgullo en 1992 y que culminaron con la aprobación de la Ley de Identidad de Género en el año 2012.

La conformación del movimiento de la diversidad sexual en Argentina suele datarse a principios de los años noventa, hecho que muchos autores relacionan con la Marcha del Orgullo LGBTIQ de Buenos Aires, la cual comienza a practicarse en 1992 como principal estrategia de visibilidad (Bellucci y Rapisardi, 1999; Moreno, 2008, Settanni, 2013). Sin embargo, este movimiento contó con algunos importantes antecedentes históricos en la lucha por la diversidad sexual: el primer intento de organización de los colectivos homosexuales lo constituyó el Grupo Nuestro Mundo (1969), que se fusionó en 1971 con un conjunto de intelectuales gay, entre ellos los sociólogos Néstor Perlongher y Juan José Sebreli, para crear el Frente de Liberación Homosexual (FLH).