La Manada homófoba: así funciona la violencia disciplinaria masculina

“Lo que te llaman mientras te matan importa”. Esta frase se ha quedado grabada en mi cabeza en los últimos días, ondeando entre la rabia, la tristeza y la frustración. No solo por la oleada de realidad que supone el asesinato de Samuel, sino por el hecho de que sea necesario seguir insistiendo en la realidad de la cultura lgtbífobo frente a esas voces negacionistas.

Algunos medios de comunicación y representantes políticos insisten en su negativa de calificar con rotundidad el asesinato de violencia homófoba. Les parece más apropiado, amparándose en una falsa neutralidad y búsqueda de veracidad, reducir el discurso político del asesinato a la compasión y la pena silenciando, de esta manera, el contexto de violencia que lo motiva, algo que no sirve más que para preparar el caldo de cultivo de vulnerabilidad de los colectivos que son víctimas de dichas agresiones.

No deberíamos permitir que se tachen elementos importantes de la ecuación, porque entonces dejamos que sean ellos, esos que nos violentan, los que definan de qué estamos hablando y, sobre todo, de qué podemos hablar.

Leer completo: El salto diario (Iván Gómez Beltrán)