El cineasta francés Sébastien Lifshitz muestra en Una niña la tragedia íntima de Sasha, una película documental que reivindica el derecho de las personas trans a decidir su propia identidad.
Entrevistas al cineasta Sébastien Lifshitz
¿Cuál es la situación hoy Francia para las personas trans?
La dificultad hoy es para los niños. Si eres un niño y sientes en lo más profundo de ti que eres un niño trans, no hay instituciones que te ayuden. Solo hay un hospital en Francia que puede darles asistencia, así que las familias tienen que esperar meses y meses y meses. Los padres están completamente perdidos, no saben cómo manejar esta situación, cómo ayudar a sus hijos… Y en las escuelas hace falta mucha educación. No hay formación, ni información para los profesores, los directores de centros, ellos no saben nada. No hablan con las familias ni con los niños…
+ info: Público (Begoña Piña)
¿Cuándo empezó a interesarse por el tema de la “disforia de género”?
Hace ya algunos años, cuando hice el retrato de Bambi –Bambi (2013), disponible en Filmin–, que fue una de las primeras mujeres transgénero de Francia, nacida en 1935, y le pregunté que en qué momento se había sentido mujer por primera vez. Me dijo que nunca hubo un punto cero en su toma de conciencia. “Desde que nací siempre sentí, en lo más profundo de mi ser, como una mujer. No hubo ninguna revelación”. Fue lo que me dijo. Entonces supe que la disforia de género puede manifestarse extremadamente pronto, antes pensaba ingenuamente que era algo que venía con la adolescencia. Y no tiene nada que ver.
+ info: Cinemania (Philipp Engel)